Capítulo 18

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Kaie

Atravesamos los árboles deshaciéndonos de bestias menores en el paso, al fin estamos cerca de llegar a dónde está mi Gwen y no tengo tiempo que perder. Siento el corazón y todas las escamas de mi cuerpo sobresaltarse por tenerla entre mis brazos después de tantas lunas separados. Es como si mi piel tan fría y áspera, exigiera sentir la suavidad y el calor de la suya. Anduvimos toda la noche sin descansar para llegar cuando apenas se esté asomando la intensa luz y el frío de la noche casi es imperceptible para dar así la bienvenida a la mañana.

Hasta el momento, no había cruzado palabra alguna con Drix como es de costumbre, el trayecto de vuelta fue igual de silencioso que la mitad del otro cuando se acabaron sus dudas. Por lo menos, era el mismo de siempre, el que ya estaba acostumbrado a ver y no me parecía un extraño con su forma tan inusual de estar siendo. Este breve regreso a Zikhan me dejó con muchas aperturas en lo que lunas atrás no hubiera notado.

Cualquier pensamiento que rondaba por mi cabeza se desvaneció por la alerta que erizó mis escamas cuando sentí un olor distinto al estar cerca del lugar en el que está mi presa. Frené de impulso y mis ojos se encontraron con los de mi hermano como prueba de que no era solo mi imaginación ya que, por su expresión, comprendí que no era el único en notar algo raro en todo esto.

—Vamos —ordena sin pestañar y no tenía que hacerlo, porque yo ya estaba adelantándome. Yendo lo más rápido que pude en busca de mi presa.

Ahora todo mi cuerpo está sobresaltado por las cosas repentinas que se vienen a mi mente y las sensaciones que percibía mientras más me acercaba no ayudaban a dar marcha atrás a esos pensamientos. Lo primero que sentí fue el olor de la sangre de un Ysakya que está combinado con el olor de la sangre de un humano y mi cabeza solo consigue golpearme a mí mismo con la culpabilidad de todo si mis temores se vuelven realidad al encontrar la escena que se dibuja dentro de mi cabeza.

No debí dejarla sola.

No debí irme tanto tiempo.

No debí volver a Zikhan...

Escoger al siguiente sucesor me importaría muy poco si el precio a pagar sería perder a mi compañera. Rompo y aparto todo lo que tengo en mi delante impidiéndome llegar más rápido al único ser que necesito volver a tener en mis brazos con el mismo calor que siempre desprende y complementa lo frío de mi ser. Me ayudo del largo de mi cuerpo para impulsarme más y con mis garras desgarro raíces, hojas, todo frente a mí, en estos momentos podría destrozar a cualquiera que se pusiera en mi delante.

Es como si mi interior quemase cuando ingreso por la anticipación del momento y el olor de esa sangre está en todo el lugar, busco desesperado y cuando la encuentro limpiándose el rostro con el agua, viva, tranquila y, simplemente, viva. En un instante estoy a su lado y suelta un pequeño grito de sorpresa, me agacho hasta su altura y cubro entre mis brazos con una fuerza que me hago recuerdo entre toda la conmoción de medir para no aplastarla.

—Estás bien —siseo las únicas palabras que se repiten como un gran alivio en mi cabeza y siento que vuelvo a respirar.

—¡Kaie! —exclama mi nombre con esos suaves labios que me estremecen al pronunciarlo, con esa voz que temía no volver a escuchar, su sonrisa de felicidad me embarga al saber que también está feliz de verme y me abraza con más fuerza.

Nos separamos un poco y juntamos nuestras frentes mientras busco con dificultad, por lo camuflado que está, su dulce olor. Esa fragancia que todas las noches ansié dormir envuelto en ella, esa fragancia que refleja nuestro vínculo, lo que somos. Entonces, me percato que el interior de sus manos está herido al igual que una pequeña línea en su mejilla y viene a mí la incógnita de qué ha sucedido, por qué huele a sangre de Ysakya y por qué está herida, cómo se lastimó...

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora