Capítulo 12

5.2K 605 57
                                    

Los siguientes veinte minutos, desde que tuve mi tiempo a solas con Lizzie, me quedé explicándole todo lo que he pasado hasta el momento desde que desperté en Orlox. Claramente, omitiendo las partes de los acercamientos y exploraciones entre Kaie y yo, pero no podía esconder lo que se estaba desarrollado entre los nosotros. No lo voy a negar, tenía miedo de ser juzgada por la única amiga que tengo y hasta tal vez el único ser humano con vida que queda en este mundo aparte de mí. Un escalofrío me recorrió el cuerpo de solo pensar que aquello podría ser verdad.

Pero, a pesar de mis temores, tenía que decírselo... Era lo correcto y lo sabía desde una parte muy adentro de mí. Me tomó varios minutos el continuar la explicación, ahora enfocada en mis sentimientos con respecto a Kaie. Sentía que mi voz se partiría en cualquier momento y prácticamente todo mi cuerpo estaba sudando frío, pero se trataba de Lizzie y eso me lo volvió a demostrar tras acabar con todo lo que tenía guardado en mi interior.

Ella solo se limitaba a escucharme sin decir algo, alentándome en su silencio para que continuara y haciéndome sentir escuchada de verdad, a ratos su expresión pasaba de la sorpresa a la confusión, de una mueca de terror a una pequeña sonrisa de alegría cuando le dije que había pelado y derrotado a esa bestia carroñera hace poco y que era la causante de la venda en mi brazo. Hizo todo tipo de expresiones, pero ninguna de acusación como si me estuviera juzgando o pensando meterme al manicomio.

Al llegar al presente, en mi breve relato puntualizado, me sentí bien conmigo misma. Fue como si acabara de dejar atrás un peso más y en gran parte fue gracias a cómo Lizzie se tomó el hecho de que estoy saliendo con mi serpientudo alien. Lo cual, suena como una broma si lo digo de esa forma hasta para mí, pero no es más que la verdad que poco a poco se va asentando en la nueva realidad en la que estoy viviendo.

—Okay, déjame solo recapitular rápidamente todas las cosas —lanza en un suspiro tras estar unos minutos con los ojos cerrados mientras procesaba toda la información. Se termina apoyando en el tronco del árbol y le doy su espacio en espera de lo que tenga que decir.

Comprendo sus dudas, obviamente, nunca esperarías que tu mejor amiga tenga como pareja a un ser de otro mundo con características escamosas, las cuales odias para rematar. Lo comprendía y, aunque no había visto ni una respuesta negativa por su parte hasta ahora, necesitaba de igual forma escuchar su voz apoyándome como siempre lo ha hecho.

La ansiedad por cómo me vería me estaba carcomiendo...

¿Sería diferente nuestra relación?

¿Perdería a la única persona que era ahora mi familia por lo que siento remotamente alejado de cualquier cosa denominada "normal" para un humano?

Mi cabeza se llenó de miles y miles de preguntas cada vez peores en esos milisegundos eternos en los que guardamos silencio y parece que Lizzie pudo oírlas cuando nuestras miradas se cruzaron.

—No te juzgo, por si eso te preocupa —responde de repente colocando sus manos sobre las mías que estaban agujereando mis palmas con las uñas—. El que estés cogiendo con una serpiente de dos metros es lo de menos, te lo aseguro.

La sorpresa de sus "no esperadas palabras" me dejó desconectada por unos instantes, estaba siendo ella sin más. Sus bromas o palabras en doble sentido acompañado de un toque irónico, su mirada cálida al igual que su sonrisa que sí llegaba a reflejarse en ese cielo en sus ojos... Era la misma de siempre.

—No... no hemos cogido Lizzie... —volteo a otro lado sin poder verla antes de susurrar sin poder evitar sonrojarme hasta las orejas— Todavía.

—Pues deberías, —me da un toquecito en la panza obligándome a verla y una sonrisa pícara se escapa de su rostro mientras me mira— con el tamaño que se maneja estoy más que segura que no te arrepentirás.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora