Capítulo 17

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—Tenemos que sacarlo de aquí pronto —apresura Lizzie aún conmocionada, mientras se limpia las lágrimas y copio su acción.

—No... saben cómo... —tose en seco— Estoy agradecido con ustedes chicas.

Las palabras se dificultan al momento de sacarlas para Dave, pero puedo ver su leve sonrisa y las lágrimas que no dejan de derramarse en su rostro. Su estado se ve mal, necesita hidratarse y limpiar esas heridas y lo peor es que las espinas del campo amarillo o como lo llaman los Naga's el campo Sáas están horriblemente incrustados en su piel. Si no fuera por todas las emociones que estoy sintiendo en estos momentos, fácilmente podría haberme desmayado de la impresión.

No me imagino por qué cosas habrá pasado, pero lo averiguaremos más tarde. Primero tenemos que llevarlo sano y salvo con nosotras, luego pensaremos en lo demás.

—Sshh... No digas más, guarda fuerzas para poder salir de aquí —musito y él da una leve expresión como afirmación.

Enseguida, veo con un dolor que se transmite todas las espinas incrustadas a lo largo de sus brazos. Solo lleva un polo gris rasgado y su pantalón de la misma forma, está cubierto con varias manchas cobrizas por sus heridas, las cuales no son del todo ocasionadas por este campo y significa que fue atacado o algo similar debió de pasar. Mis ojos se encuentran con los de Lizzie y con solo mirarnos entendemos las palabras que no se pronunciaron.

Tomamos acción de inmediato, ella se sitúa al lado del hombro derecho y yo al izquierdo, mis manos tiemblan un poco por el nerviosismo de lastimarlo más de lo que ya está. Antes de seguir dudando, Lizzie se apresura y arranca con ayuda del filo de su lanza de un tiro la fila de espinas clavadas que dejan todo un camino de pequeños puntos a lo largo de su brazo. Dave solo arroja un grito ahogado de dolor, pero agradece con un leve asentimiento de cabeza.

—Lo siento... pero es mejor acabar rápido con esto y que el dolor pase —añade ella con nerviosismo, estando alerta a nuestros alrededores.

—Te estás... vengando, ¿no? —contrarresta Dave vacilante, claramente adolorido por la arruga de sus cejas, pero en "esa" sonrisa acompañada del tono burlesco que siempre lo caracteriza al momento de tomar las cosas.

Eso es algo que pude intuir en su forma de ser las pequeñas veces que nos topamos en la nave y al parecer sigue siendo el mismo incluso en esta situación.

—Quién sabe, no eres mi persona favorita de la nave, a decir verdad —ironiza con un subir y bajar de hombros y me río un poco. A ambos se les da bien aliviar el momento con sus palabras y agradezco ello porque mi corazón está a tope. No quiero ser un estorbo hiperventilando justo ahora.

Es mejor que el ambiente sea alegre en vez de todo lo contrario para tener más ánimo de supervivencia. Un sabor dulce no le viene mal a lo completamente amargo. Sin esperar y dudar más, hago lo mismo que Lizzie usando la punta de una de mis flechas para arrancar la tira de las espinas parecidas a un ciempiés sobre el largo de su otro brazo para que el dolor sea instantáneo, para acabar de una vez por todas con su martirio. Se retuerce un poco por el dolor una vez más, pero trata de ocultarlo como antes.

Más notorios puntos rojos quedaron sobre su piel y la sangre parece coagularse ahí, ya que no sale más. Pero lo que nos sorprendió a los tres fue que, al instante de deshacernos de las espinas, su piel se calentó por pocos segundos en los que él no pudo evitar demostrar el repentino dolor y enseguida revisamos el lugar que nos señaló. Levantamos una parte de su prenda para ver el origen de aquello y notamos que se formó en un lado de su abdomen toda una hilera negra como si fueran raíces o la imagen de un relámpago.

—¿Te sigue doliendo? —le pregunto tomándole la temperatura y por suerte parece no tener fiebre o algo peor a lo que no podamos entender sobre la funcionabilidad de las cosas de este mundo.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora