Capítulo Extra

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Dacaeh

El olor de esas pequeñas criaturas que mandé a desaparecer por completo su existencia en la maleza de esta jungla ya había desaparecido. Bien se habrían alejado lo suficiente como para quitar su olor o ya habían sido atrapadas por alguna bestia que rondaba por ahí cerca. Una lástima, su sangre aún me podía haber sido útil, pero las expresiones de los dos pilares que tengo cautivos es digno de recordar y grabarlo para siempre en mi memoria. 

Impotencia, rencor, esperanza, ira, temor, todo eso reflejaban cuando posé mis ojos en los de ellos y sus intentos de desatarse eran inútiles, así como su deseo de querer arrancarme el corazón del pecho con sus propias garras. Aquí quien tenía el control sobre todos era yo y pronto todo el Este también sería mío. Las espinas que se alimentaban de sangre y que solo lo suficiente los liberaría, les impedía la movilidad necesaria para zafarse del gran tronco en el que estaban las tres presas del otro reino que, para su mala suerte, había conseguido atrapar.

Irum, un cazador de grandes habilidades; Kaie, el cuarto pilar y líder del clan Lambda de su reino y Drix, siendo nada más y nada menos que su segundo pilar, líder del clan Dseta y también sucesor. La mayor cabeza detrás de la reina que me pregunto dónde estará si estos dos están justo aquí y la sigilosa Rheia logró escaparse. Sin duda, fueron una presa de gran valor que ahora están en mis garras y serán una buena inversión para ganar autoridad cuando sus propios Naga's me vean quitarles la vida, estoy seguro que sus expresiones serán de las mejores que alguien de nuestra especie podría brindar.

Las enredaderas los rodeaban como una sola a lo largo de su pecho y su mitad de escamas estaba igual de atada por una misma, haciéndoles difícil liberarse sin dañar al otro en el intento. Perderían demasiada sangre y ellos necesitaban de ella para curar los daños que aún están presentes en sus cuerpos, solo un Naga sin el raciocinio suficiente para captar aquello, trataría de liberarse a cualquier costo.

Si esos tres fueran de ese tipo, me facilitarán las cosas en cuanto debilitarlos porque solo permitiré que mueran por mis propias manos enfrente de todo su reino. Están rodeados y tras toda la sangre que perderían, no podrían dar lucha, no la suficiente para que puedan vencernos y mucho menos cumplir sus deseos expresados en esas miradas que me brindan promesas de muerte. Solo me deleitan con eso. 

—Mi rey, —habla uno de mis cazadores, interrumpiendo la apreciación del momento con mis queridas presas y sin mover mi cabeza de la dirección en la que estaba fija, dirijo mi mirada a él— su progenitora acaba de...

Antes de que pudiera acabar lo que estaba a punto de informar se escucha el disturbio que se acerca a mi posición y entonces aparece Sin'hu, mi madre.

—Quiero dos grupos yendo al reino, ¡ahora! y alguien traiga alguna medicina —ordena con frialdad en cada palabra dirigida a todos alrededor, sus ojos dorados encuentran los míos de un color totalmente opuesto como los de mi padre y se apresura en llegar hasta mí.

—Madre, qué ha sucedido —interrogo y acorto la distancia de igual forma, reparando en su aspecto descifrando lo que ha de haber causado su aspecto.

Tiene más heridas que antes y hay una profunda que solo puede haber sido dada por la reina del Este por la forma en que perfora la parte baja de su abdomen, ese es uno de sus ataques más directos y mortales. Llevo una de mis manos a su rostro limpiando la sangre que está en una fina línea debajo de sus ojos.

—¿Por qué necesitamos dos grupos de vuelta? —reitero mi pregunta sobre lo sucedido.

Quiero que me dé la información que necesito primero. Aunque por cómo se ven las cosas, tengo armado la posible mitad de los acontecimientos.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora