Capítulo 22

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Kaie

Mi Gwen y la otra humana estaban pendientes de la recuperación del macho que mi hermana atacó en reflejo. Hacía ya bastante tiempo desde que pude ver esa manera rápida de actuar de Rheia, cuando ella decide entrenar o tiene el encargo de supervisar los alrededores de los que salen a buscar más implementos de otras bestias u plantas medicinales siempre va en solitario, eso es lo que me han informado los del clan Lambda y mi padre, el regente. Son pocos los que consiguen disuadirla para mantenerse cerca por si algo pasara y gran parte de ello se debe a que Ronoks es un Naga muy terco y cuida de ella también.

Pero no manda a otros junto a Rheia por dudar de su capacidad ni su fuerza, sino porque así se sentirían, en general todos, más seguros haciendo su labor como protectores de un pilar. La otra vez pensaba que ella podía superarnos a todos los hermanos con su fuerza y destreza, sigo pensando que así es, no es que ahora sea más débil que nosotros, pero esa vitalidad la mantiene encerrada y nos da una gran ventaja para hacer pensar lo contrario.

Literalmente tiene la habilidad de borrar la forma, olor o sonido de ella misma por naturaleza, eso la convierte en una excelente cazadora superando los alcances del clan Dseta que se especializan en ello. Pero eso es ahora un tema aparte porque en estos momentos, tanto Drix como yo, queremos entender cómo o por qué razón está nuestra hermana aquí y en cómo aceptará la existencia de los humanos.

Aunque, conociéndola, creo que no será nada por lo que debamos preocuparnos por tenerla en nuestra contra e informarle a todo Zikhan sobre nuestras acciones. Confío en ella más de lo que podría hacerlo con mis otros tres hermanos.

—Mi dulce veneno, —me acerco un poco al lugar en que se encuentra mi compañera— danos un momento para hablar y aclarar las cosas, no tienes de qué preocuparte —acaricio su mejilla y sus hermosos ojos verdes me miran con esa intensidad embriagadora—. No demoraré, ese macho humano no tardará mucho en despertar.

—Te esperaré —besa mi mano antes de retirarla por completo de su piel, pero la preocupación en su rostro es evidente y podía asegurar que no era solo por el estado de ese humano, la repentina aparición de Rheia hacía peso también.

La miro por completo una vez más antes de irme, deseando llevarme ese sentimiento que la está atormentando ahora, y salgo del lugar acompañado de mis dos hermanos. Paseamos sin dirección exacta por las afueras del lugar, no muy lejos de donde se quedaron los humanos para asegurarnos de que estén bien, seguimos avanzando por la maleza hasta llegar a un punto de espacio abierto de árboles que rodean gran parte del terreno y nos quedamos ahí para hablar.

Drix se apoyó de espaldas en un tronco bajo las sombras mientras que yo me quedé cerca de Rheia en medio del lugar. Ya había cálidos rayos de luz y era un tanto reconfortante sentirlos, supuse que le haría bien a ella en lo que trituraba toda la nueva información por venir y la que nos diría a nosotros. No pronunció palabra alguna en todo el trayecto y tiene todo el derecho de protestar o comentar algo sobre la existencia de una nueva especie inteligente que hemos estado escondiendo de los nuestros.

—Hermana, por qué estás aquí. —Corta Drix el silencio que estaba entre los tres, con su tono demandante de siempre.

Mi mirada pasó de él a Rheia que seguía mirando al suelo, conmigo puede dejar a un lado la mayor parte del tiempo ese temor de dirigir la mirada a otros, pero con Drix y mis otros hermanos aún no lo ha conseguido y no es culpa suya ya que ellos no parecen cooperar o percatarse de muchas cosas siquiera. Pero al fin levantó un poco la cabeza, lo suficiente para saber que nos está mirando y prestando atención a la vez. Noto que está nerviosa por lo que tendrá que explicar por el repetido movimiento de la parte final de su cola.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora