Renacidos en Orlox

Capítulo 8

No puedo creer lo rápido que pasaron los siguientes dos días después de empezar a salir oficialmente con mi inesperado hombre mitad serpiente, me siento como Jane y Tarzán con una combinación de la Bella y la Bestia... Demasiado irreal, a decir verdad. Y, con este pasar de las horas, me he percatado de algunas cosas con respecto al nuevo mundo en el que estoy.

Un día parece abarcar dos en Orlox, por lo lento que se siente su terminar, y la noche es totalmente lo opuesto al día, ya que es tan fría como si fuera un invierno en su máximo apogeo. Es un clima muy contrastado, por suerte, Kaie está adaptado para esos cambios bruscos de temperatura y por eso su cuerpo es como un calentador al cual me apego cómodamente toda la noche hasta quedar dormida envuelta en sus fuertes brazos y cuerpo extremadamente largo.

Todas esas definiciones y saberes se han vuelto más llevaderas con este "corto" tiempo, visto desde la perspectiva de Orlox, o "no muy corto" tiempo, visto desde la perspectiva de la Tierra. Pero, dejando de lado el extraño hecho del tiempo horario, no puedo negar que con cada segundo que paso al lado de Kaie, conociéndolo a él y más sobre su mundo, siento que hice la elección correcta y es porque me siento segura y simplemente me dejo llevar por lo bien que se siente estar con él de esa forma. Su forma de demostrar que le importo es lo que más me encanta.

En estos dos días transcurridos, Kaie me contó más acerca de eso que mencionó sobre nuestro encuentro destinado o lo más parecido a ello. Al inicio pensé que era una manera poética y demasiado romántica de decirlo, pero resulta que hay más de lo que podría esperar o creer posible en esas palabras. También me contó más datos acerca del lugar en donde me encontró y rescató hace ya días atrás, que parecen bastante lejanos al ahora.

Recuerdo haber visto esas flores rojas parecidas a las lycoris y después sentir un gran cansancio que me llevó a quedarme casi dormida en la mayor parte del tiempo. Es un sentimiento que mi cuerpo jamás olvidará, ya de por sí, fue mi bienvenida y regalo de cumpleaños al llegar aquí, claro que no tengo cómo olvidarlo. Fue un trance que de solo recordarlo me da escalofríos, era una sensación en la que mis propios instintos de supervivencia me decían que no tenía que sucumbir ante el cansancio de todo mi cuerpo y por nada del mundo debía cerrar los ojos porque muy en el fondo sabía que no los volvería abrir...

Lo más perturbador es que estuve en lo cierto, podría no haber despertado jamás de ese lugar si no hubiera aparecido Kaie. Resulta que ese campo de flores rojas es llamado por los Naga's como el campo de la muerte durmiente, en una traducción no oficial de su idioma, por las silenciosas toxinas que brotan de sus pétalos casi desapercibidas para absorber la vitalidad de sus presas en estado inconsciente., es un lugar de caza para las bestias que no pueden luchar contra ese ambiente.

Una parte de mí agradece haber aparecido en ese lugar que pudo detener el sangrado de mis heridas por ese misterioso y algo más allá de lo creíble para un humano, como todo en Orlox, estado de congelación y que quien me haya encontrado fuera Kaie y no otra criatura capaz de devorarme en mi estado "Post Bella Durmiente".

Otra cosa acerca de ese misterioso campo es que en ese mismo lugar los Naga's del Este hacen un tipo de ritual o muestra de valía para los más jóvenes y según cuentan los mayores, al pasar la prueba, recibes como regalo el sentido del olfato necesario para, entre otras cosas, encontrar a tu compañero destinado. Pensé que era algo muy difícil de creer al igual que me dijo Kaie que pensaba antes, pero luego todo fue encajando... Aunque no tengo la menor idea de cómo es posible que yo también pueda haber desarrollado ese sentido.

Kaie y yo conversamos por bastante tiempo acerca de todas esas dudas, le expliqué también que no era de este mundo y parecía, más que sorprendido, incrédulo ante lo que le trataba de explicar. Pero al final también fue encajando las piezas acerca de toda esta situación y parece que dio la posibilidad de creerlo verdad. Por mi parte, siguiendo con el hecho de cómo puedo sentir ese dulce olor de él, bueno... Somos algo parecidos en ese lado humanoide que tiene, ¿no?