Capítulo 33

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Drix

Todo está mal, las cosas no debieron pasar así, no debí perder el control al sentir ese dulce olor que la representa a ella, el olor de la presa que escapa de todo mi entendimiento y mucho más. Esa pequeña hembra humana que invade mis pensamientos cada que aparece a mi alrededor con su forma retadora siempre dirigida hacia mí, me está ocasionando cambios que no quiero que se hagan presentes porque es algo que yo desconozco.

El ciclo de muda ya había empezado y no podía salir de Zikhan tras todo lo sucedido y mucho menos con el cargo que llevo ahora, no podía recurrir a Asthia tampoco porque no me gusta usar ese método para sobrellevar esto y no creo que funcionara de todos modos si lo hiciera... No cuando mi instinto exige tocar otra piel para poder calmarse.

«Sí, soy tuya, tu revoltosa y testaruda presa»

Sus palabras aún hacen eco en mi cabeza y todas mis escamas reclaman por volver a repetir todo lo que acabamos de hacer y más, quiero hacerla decir otra vez esas palabras sin pensar en nada más que en mí... quiero llevarla hasta el punto que no tengamos escapatoria y verla doblegarse de placer ante mí o hasta tal vez verme a mí cediendo ante ella; aunque esa es una idea que mantendré guardada en lo más profundo de las cosas que desconozco y prefiero que así se queden de aisladas.

Acepto que tal vez yo la obligué a ello, una parte temerosa y racional de mí en medio de todo el caos que está invadiendo mi cuerpo por este cambio duda ante la idea de que lo haya hecho en un estado de total normalidad por su parte y no quiero creer que solo ha cedido por mi condición que la deja en desventaja. Debo haberla obligado o llegado a un punto en el que no pueda escapar, equivocado o contrario a todo lo que esperaba, debe ser así porque si no ahora mismo no estaría viéndome con esos ojos al acabar de hacerle esa pregunta.

Una pregunta a la que solo tenía que oír una palabra como respuesta a lo mucho, una que afirmara que mi vida sí le es de importancia, que mi cercanía o mi presencia afectaba en algo su vida, en que al fin... había aceptado que podíamos... Pero lo que vi, fueron unos ojos tan resplandecientes de un color nunca visto en nuestra especie, un brillo lleno de algo ajeno a lo de hace instantes atrás cuando nos dejamos llevar por algo que ni siquiera yo sé lo que es exactamente, no más allá de que me encontraba en ese preciso momento con la guardia baja dejando salir mis debilidades y mi instinto deseoso por probarla a ella.

La que supuestamente es mi presa, pero que ni esta pequeña testaruda puede sentir ese lazo que nos une y lo repele desde el principio. Ese silencio solo me hizo aceptar lo que ya sabía, lo que muy en el fondo mi orgullo no quería aceptar, porque Lizzie desde el inicio no me aceptó como su compañero y yo no acepté dejar ir la curiosidad que toda su existencia había ejercido en mí, ni el hecho de que negara lo que yo podía sentir instintivamente en ella como mía, como mi presa y que yo podría haber sido...

Sylmoths, eso ya no importaba. No ahora.

Mi cabeza se estaba debatiendo por predominar una sola cosa que formara lo que soy siempre y gracias al silencio pude volver en mí por unos segundos en espera de la respuesta que nunca llegó a mis sentidos expectantes a su voz. Volví a recapacitar sobre lo que estoy haciendo y lo que tengo por hacer, no podía volverme débil y eso es exactamente lo que estaba siendo en este momento.

No puedo arriesgar todo lo que tengo como lo haría Kaie, ya que su relación con su presa es de un sentimiento mutuo... Sin embargo, yo arriesgaría todo sin recibir nada a cambio y tenía mucho por perder, pondría en peligro la vida de los Naga's que ahora son mi responsabilidad. Esa es la gran diferencia entre los dos. Debería centrarme en que tanto lo que pase ahora, como lo que está por venir, es para mi reino con el que debo cumplir mi rol de segundo pilar y sucesor.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora