Capítulo 42

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Gwen

La tensión en el ambiente es notoria, es como estar en una jaula de serpientes y ser el desafortunado conejillo que dieron como alimento. Lo cual no es agradable para nada. Si no fuera por la presencia de Kaie a mi costado, ahora mismo estaría temblando por completo hasta que se me bajase la presión. Las voces de ambos reyes quedó aplacada con el silencio que solo profundiza el resonar de sus acentos al pronunciar cada uno el nombre del otro y está demás decir que con solo esa breve palabra producida invadieron cada rincón del lugar con su presencia. 

—Es desdichado el motivo por el cual nos vemos frente a frente después de tanto tiempo, reina del Este.

La fuerte voz, acompañada de un acento más notorio, del rey Dreykha cubre todo el silencio que nos envolvía, mientras su esbelta figura llena de imponencia y claro poder se acerca hacia donde estamos. Mi cuerpo se pone rígido por inercia y solo el tacto de la mano de Kaie en la parte baja de mi cintura me recuerda que tengo que respirar nuevamente. 

—La paz ha sido abatida, en definitiva. Ambos reinos estamos en una situación tensa, aunque creo que tu repentino veneno se asentó más profundo en el mío —responde la reina Irix con una voz inquebrantable llena de indirectas certeras para el rey.

—No fue mío exactamente —contesta de forma calmada, sin desviar sus ojos de los de la reina, estando ahora uno frente a otro—. Mi único hijo y pilar del Oeste tenía sus propios planes excluyéndome de ellos verazmente al parecer.

La declaración que acaba de dar deja un breve lapso de tiempo entre los presentes, es como si estuvieran en una batalla por saber si lo que dicen es verdad o está lleno de mentiras, ya que sus fríos ojos adornados de esas gélidas expresiones de ambos reyes es algo sorprendente de presenciar.

Ambos están erguidos y con la cabeza levantada, sus coronas brillan y compiten por cuál les da mayor majestuosidad a su silueta, mostrando el dominio que sostienen y la reina Irix solo le gana por unos cuantos centímetros de altura al rey Dreykha. No sabría decir cuál de los dos parecía más peligroso con solo posar mis ojos en su ser, solo sentía que no debía captar su atención y eso era más que mi propio instinto de supervivencia. 

—Eso no cambia los daños ocasionados por tu sucesor y único pilar, Dacaeh, hacia el que era mi sucesor y primer pilar, Zahjka —un suave siseo se produjo desde el interior de la reina como una advertencia, pero el semblante del rey se mantiene firme.

—No lo hace, pero sé por qué estás aquí hoy, Irix, dispuesta a hablar y no atacar —agrega con un tono menos tenso y como si se dirigiera a la reina de una forma amistosa de muchos años—. Será mejor hacerlo de manera adecuada, una vez acabadas las presentaciones junto al recibimiento que corresponde ofrecer al Oeste, además de que te entregaré lo prometido para vengar en parte la ofensa cometida y llegaremos a los puntos sin resolver de la verdad aún camuflada —insinúa llevando la vista por breves segundos hacia nuestra posición.

La madre de Kaie se mantuvo en silencio mientras pensaba en lo dicho por el rey del Oeste. Sé que nuestra presencia en este momento era un dar y dar entre ambos reyes, por lo que supongo, así que eso de que le entregará lo prometido debe referirse a la vida del Naga que asesinó con sus propias manos a Zahjka y, aunque reveló por su propia boca que fue su hijo quien planeó todo lo cometido, ninguno de los Naga's del Este que nos acompañaban pareció sorprendido. 

Cuando se decidió, giró unos centímetros de su posición, tirándole una mirada significativa a Kaie antes de volver con la mirada enfrente directa al rey Dreykha. El siseo de Kaie se prolongó como un suave ronroneo al notar los ojos del rey recorriendo mi cuerpo y luego pasando hacia Lizzie y Dave de igual forma, pero más allá de tenernos como estatuas por su "evaluación"... siento como si en su mirada hubiera más de lo que podríamos pensar. 

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora