Capítulo 73

1.7K 213 18
                                    

Kaie

Cuando abrí los ojos me incorporé de inmediato al recordar lo último que había pasado. Muchos músculos protestaron por el brusco movimiento y me obligaron a acostarme una vez más. ¡Sylmoths!

Gwen, Gwen, Gwen, Gwen. 

Protégela. 

¿Qué pasó después?

Gwen, Gwen...

Mi cabeza se llena de un solo pensamiento y es encontrar a mi presa hasta tenerla conmigo, mi instinto y existencia entera estaban por arder en furia por haber perdido el control de mi cuerpo. Todo era borroso y oscuridad tras caer inconsciente en el peor momento posible, la dejé sola ante el peligro, no me perdonaría nunca el haberla perdido por mi incompetencia. Ni siquiera la muerte dejaría de recordarme el desastre que mi corazón desde ya está retumbando todos mis cimientos con la sola idea de que haya pasado...

—Solo detuvieron el sangrado, no fuerces mucho tu cuerpo, ni siquiera deberías haber despertado tan pronto. —Una voz familiar dice a mi detrás, volteo persiguiendo el sonido y entonces veo a Shaon.

Me sorprendo al ver su estado, bajo sus ojos parecidos a los de madre y míos hay un cúmulo de sombras que palidecen más su rostro, hay vendas por todo su pecho que no esconden del todo las marcas frescas de lucha que están abiertas en su piel y entonces me golpea una fuerza de todo al ver que ha perdido un brazo y otra oleada de rabia por asesinar al causante que sé más que bien quién es me invade. 

Tengo una lucha interna por escoger cuál rabia es más poderosa, si la que me pide a gritos exterminar a Dacaeh por todo lo que ha ocasionado o la rabia incontenible que tengo conmigo mismo por ser tan débil e incapaz por dejar en peligro a mi compañera una vez más.

—Cuánto ha pasado —pregunto, pero luego no tiene importancia porque de todas formas me levanto para ir en busca de mi presa. Shaon simplemente niega con la cabeza y se vuelve acostar.

—Luego yo soy el cabezota —susurra y me detengo por unos instantes para verlo, algo había cambiado en él... Estaba más abierto a ser más él que un pilar y eso fue una gran interrogante que dejé para después.

Primero está Gwen.

Varias vendas hechas con las mejores hojas curativas del Oeste cubrían mi cuerpo, solo lo usábamos en casos extremos porque siempre las pomadas y el descanso de nuestro propio metabolismo se hacía cargo de las heridas, pero ya veo que mi estado está al borde. Siento un sabor amargo en la lengua y sé que me han dado de tomar la sangre de cierta bestia para ayudar con la mejora de la neutralización de las píldoras que había ingerido. También se usan solo en casos extremos y había tomado dos de ellas, mi cuerpo aún es una completa molestia, pero me las arreglo para seguir.

Alcanzo a varios cazadores del clan y les ordeno que me lleven y expliquen qué ha pasado. Es ahí cuando veo entrar a Rheia en un estado más que mal que me alerta, mi lado protector con mi hermana se suma a toda la rabia contenida en mi interior. Está junto a ese macho humano que sostiene su mano con fuerza y entonces veo quién la está cargando. Me quedo petrificado en mi sitio, las escamas de mi cuerpo arden y dudo si mi estado es el mejor después de todo para estar a punto de salir, pero vuelvo a recordar a Gwen y me importa muy poco exigirme demás sin antes asegurarme de su seguridad.

Pero entonces se sigue acercando, esa ilusión que estoy confundiendo con alguien más, porque no es posible ver a Takhan justo ahora en mi delante. Esos ojos... esas expresiones faciales que ya no son de una cría, sino de alguien que es lo suficientemente mayor y una versión más grande del pequeño sexto hermano que recuerdo. Su porte y rostro se parecen a los de madre con la distinción del color de sus escamas y los ojos heredados por el clan Rho. Esa silueta que para mí ahora mismo se trata de una ilusión, se acerca más a mí, le susurra algo a Dave, y le entrega con cuidado a mi hermana a un cazador que los acompañaba detrás y se llevan a Rheia para ser tratada con rapidez. 

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora