Capítulo 70

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Gwen

El cuerpo de Kaie estaba tendido sobre mí, Rheia llegó y en un segundo acabó con la vida del otro traidor que quedaba cerca, Lizzie y Dave me miraron con preocupación en lo que llegaban para ayudarme a incorporarme con Rheia sujetando a su hermano. Estábamos perplejos por toda la conmoción y más aún cuando los reyes aparecieron con decisión en su ataque infringido a sus propias presas. El rey Dreykha retiró a Drix de la pelea contra Dacaeh en ágil movimiento que rezumaba letalidad y ahora era él quien le haría frente a su propio hijo, mientras que la reina Irix estranguló con destreza a los Naga's traidores que se acercaban para aprovechar la situación desventajosa en que nos encontramos justo aquí.

Ambos reyes estaban con muestras de lucha frescas también a pesar de que recién estaban llegando a esta batalla, debieron tener otras peleas antes de llegar aquí y sobre todo el armamento que teníamos está reparado otra vez y eso estaba más que comprobado con las balas que empezaron a caer contra todos los enemigos como fuertes rayos. El viento se amoldaba con el corte de cada bala lanzada y la tierra vibraba con cada cuerpo que había recibido el impacto.

—Sylmoths... te dije que no sobrecargaras tu cuerpo —murmuró entre dientes una voz familiar.

Ronoks levantó a Kaie, ya no sentir su peso se sintió como el vacío en mi interior, la reina se encontró con la mirada de los regentes y luego la fijó en su hijo que estaba en brazos de su progenitor. La mirada perspicaz de la reina se tornó oscura al ver la clara falta de algo que simboliza mucho para los Naga's y que ahora Kaie no portaba por pura burla de Dacaeh. Y, tras lo que pareció ser un acuerdo silencioso, Ronoks dio la vuelta después de un asentimiento con la cabeza de manera decisiva y llevó a su malherido hijo a ser tratado con urgencia en Zikhan.

Parte del clan Lambda también estaba allí y era el lugar más cerca, el regente Terjak con los cazadores del clan Tau abrieron camino para que avanzara. Rhay y Ariks se ocuparon de que ningún Naga del Oeste le impidiera continuar o acercarse más a la barrera del clan Tau que aún se mantenía sólida como un muro incapaz de traspasar. Mi corazón se rompía con cada distancia que el cuerpo inconsciente de mi compañero tomaba de mí, quería estar con él hasta que abriera los ojos, quería ser solo nosotros dos una vez más. Los deseos del corazón no siempre pueden cumplirse y mi cabeza aún cuerda lo sabía, los dos seríamos un punto débil que alguno de los traidores buscaría llegar para derribar a los del Este. 

En estos momentos, permanecer con Dave y Lizzie protegidos por cada Naga de cada clan, además de la presencia de más tripulantes armados y los propios reyes... era la mejor opción por un pequeño porcentaje de acierto. Más balas empezaron a llenar el lugar y con ello iba aceptando los sucesos que acababan de pasar, no tuve ni tiempo de derramar lágrimas por el estado de Kaie o darle rienda suelta a mis emociones cargadas de preocupación por cómo acabó por protegerme una vez más... Sé que es fuerte y sé que despertará. Es un hecho. Ahora tenía que mantenerme con vida por él, por nosotros, para cuando abra los ojos.

La reina dio una indicación para que no se alertaran los demás miembros del reino del Este ante la sorpresa de las armas. Estaban demasiado perceptivos al peligro, pero no desaprovecharon la oportunidad de abatir al enemigo que aún estaba igual de aturdido que los demás, pero su desventaja era que nuestros francotiradores estaban en su contra y disparaban a matar. Cada muerte de esos traidores era por la muerte de uno de nosotros que trataron como simples sacos de sangre y no podría ni imaginar las atrocidades que ese grupo sobreviviente vivió en lo más profundo de esa horrible fosa en las tierras del Oeste.

—Son nuestros pequeños amigos "humanos", —arrojó una mirada con algo de respeto en sus ojos— aunque son más ingeniosos con sus capacidades que podrían dejar de serlo.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora