Capítulo 20

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Kaie

Regreso no mucho después al lugar donde están, los ahora, tres humanos. Cacé lo más rápido que pude y escogí una presa de sabor que podría gustarle a mi Gwen, aunque ahora tendrá que compartirla con los otros de su especie y no me agrada la idea de que se limite a alimentarse de lo mejor que le traigo, por ello escogí esta criatura que es grande y robusta. Habría de sobra para esos otros dos sin perjudicar la alimentación de mi presa.

La espera por estar a su lado cada vez se hace menos soportable, si no es una cosa es otra y nunca hay tiempo para los dos. Ese humano macho, puedo sentir que no es una amenaza para mi compañera, los Naga's somos intuitivos en varios aspectos y entre esos está el saber cuándo alguien no es de confianza o, en algunos casos, hasta para saber si alguien está mintiendo. Esa sensibilidad para leer al otro es algo más notorio en la descendencia y en la misma reina Irix por su habilidad instintiva.

Cuando llego con la presa sobre mi hombro, no veo a Drix y supongo que aún debe estar enojado y rompiendo algunos árboles o cazando alguna bestia para calmarse. Mi hermano puede ser de un semblante inquebrantable, difícil de leer, pero su enojo es algo que no puede ocultar con facilidad y, por ello, siempre se aleja y busca soluciones para aplacar su ira, la cual es muy fácil de conseguir. Simplemente las cosas tienen que tomar el rumbo contrario a lo que él pensaba o está acostumbrado para obtenerlo.

Y pensar que Shaon antes era el considerado más gruñón de los seis.

Inconscientemente, como si fuera el mecánico hecho de respirar, mis ojos buscan a mi presa dentro del lugar al adentrarme. Entonces, la encuentro colocando más del ungüento que preparé a la otra humana en la herida de su abdomen que se ve un poco mejor, mientras, el humano macho está bajo el árbol mirando el cielo y pareciera que hablara con alguien, aunque esté solo en ese lugar.

Omito que se me hace raro verlo ahí de esa forma, también me da curiosidad saber cómo es su cuerpo al ser un macho y no una hembra humana. Sin más, dejo mi caza a un lado y después de colocar el fuego y los trozos de carne sobre este, como me enseñó Gwen, voy hacia donde ella está con su amiga. Ambas estaban conversando y sonriendo para cuando me acerco y me dirigen la mirada al notar mi presencia.

—¿No se limpiarán el olor a Ysakya? —inquiero al estar a su lado, el olor es evidente que aún permanece sobre sus pieles.

—No tuvimos tiempo de hacerlo, se nos olvidó por completo —responde avergonzada y siento que lo dije incorrectamente o di a entender algo más sobre que huele mal.

—No me molesta que aún lo tengan encima de ustedes, solo preguntaba porque se me hacía raro que todavía no se lo hubieran quitado —me explico mejor tratando de arreglar lo anterior y soy totalmente sincero.

Mis ojos se quedan fijos en ese verde tan humano de mi presa y ella me lanza una hermosa sonrisa con esos suaves labios que ansío volver a probar y me calma que haya entendido mis palabras.

—Bueno, —interrumpe Lizzie y se levanta con algo de dolor por sus expresiones— dejaré a los tortolitos y creo que iré a quitarme este apeste de mí ahora que me hiciste recuerdo.

—¿Tor-to-li-tos? —repito la palabra que no forma parte de nuestro vocabulario y, por ende, no comprendo su significado.

—Es algo bueno, descuida —dice ella subiendo y bajando la mano restándole importancia, con una sonrisa burlona cuando mira por última vez a Gwen antes de irse a donde está el otro humano.

Mi mirada vuelve con mi presa y no puedo evitar mantener mi cabeza ladeada en espera de que me diga el significado de esa palabra y ella parece entenderlo nuevamente.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora