El amante del dragón

Capítulo XI - Un lugar seguro

En un domo hecho por gigantescas alas negras cubiertas por hermosas escamas celestes, un humano en cuclillas con un ligero temblor en sus brazos y piernas, trataba de ocultar su rostro lloroso entre el pecho del hombre que lo sujetaba con delicadeza.

Una vez calmado, Briel se percató de algo mientras abrazaba al dragón...

-Aah~ con que ese era un beso - El chico era un tómate.

El peliblanco sonrió mostrando sus afilados colmillos, y lo abrazó con más fuerza.

-Así es, ¿acaso nunca lo habías hecho?

Briel lo observó directamente, y sin pensarlo volvió a sumergirse en los pectorales del moreno, pues aún así sentía una espina en su corazón.

-Pues no, no tenía tiempo para esas cosas, además nadie en su sano juicio querría besar a un humano invocado...

De repente, un pensamiento lo hizo bajar sus ánimos.

-Ah~ Ryu, recuerda que te dije que no es necesario que me correspondas, no quiero obligarte a nada, solo quiero que sepas que lo que siento no es falso. Soy un humano varón, así que es entendible que quieras buscar a una criatura poderosa para aparearte y hacer de las tuyas, y te juro que... -Briel apretó aún más sus manos que abrazaban la espalda de la criatura. – Estaré bien... a pesar de mi aparecía débil ,soy más fuerte de lo que piensas, puedo sobrevivir por mi cuenta.

-Niño. – Repentinamente, Ryu lo abrazó con un poco más de fuerza, y le dijo con una voz más seria de la usual. -Me siento como un idiota, tengo mucho tiempo vivo, y es la primera vez que me confundo de esta manera tan ridícula cuando supe la respuesta desde un inicio. La primera vez que nos conocimos, sentí algo extraño en mi interior, así que quería hacerte mi protegido, ya que sentía que debía de tenerte cerca de mí o algo malo pasaría; pero, con el paso del tiempo, y al convivir más contigo, me dí cuenta de que te convertiste en un ser que trae alegría a una vida aburrida como la mía, y pensándolo más a fondo con el correspondiente significado detrás de esos pensamientos, eres mi luz. Al verte sonreír todos los días, y tan lleno de energía, me daban ganas de siempre buscarte cuando no te tenía cerca, y en ese instante en que dejaste de ser como siempre lo eras conmigo, empecé a tener miedo de perderte, temía no volver a estar con ese humano tan brillante como el sol, pero la terrible duda que se forjó en mí gracias a miles de años de experiencia eclipsaron mi razón; sin embargo, ahora entendí que desde un inicio siempre fue mi destino encontrarme contigo y permanecer a tu lado, eres lo que estuve buscando desde que era un joven dragón, y sin siquiera percatarme, lo encontré, encontré mi motivo para seguir viviendo. Así que Briel, no dudes más, en tus manos está el corazón y el alma de una de las criaturas más temidas de todos los tiempos, no vuelvas a dudar, porque yo tampoco lo haré. A partir de hoy, eres mi pareja, y en un futuro quiero unir mi alma con la tuya.

El azabache sentía un nudo en la garganta, pues ya no quería llorar, pero... fue en vano, después de tal declaración su corazón no dejaba de latir con brusquedad.

-Si para tí soy como un sol, para mí eres la luna, tu cálido brillo me acompaña y me protege de una densa oscuridad que siempre me sigue. Si te soy sincero, tengo miedo, pero sé que contigo nunca más estaré solo de nuevo, Ryu, lo diré nuevamente...

Me gustas.

Briel no podía completar muy bien sus oraciones, su respiración no se lo permitía, el chico estaba nervioso hasta el tope.

Unas pequeñas carcajadas se hicieron presente por parte del moreno pues no podía soportar que el humano fuera tan lindo; no resistió más y comenzó a darle pequeños besos en su sonrojado rostro.

-A pesar de siempre hablarme con dureza y aparentar ser rudo conmigo, eres muy adorable Briel; no me provoques más, que no quiero descontrolarme y tomar tu virginidad, así es como lo llaman los humanos, ¿verdad? ... hoy que también tomé tu primer beso, necesito aprender a cómo hacerlo contigo, no quiero lastimarte. Tu cuerpo es muy pequeño y delicado.