Capítulo XXXVI - Un brillante despertar

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El tiempo había transcurrido sin que el alma del humano lo resintiera, pues al escuchar las advertencias que la criatura le decía constantemente, decidió aprovechar su tiempo y viajar junto a Lotán por cientos de venas marinas que poseía aquel lugar, lo cual le ayudó a aprender acerca del uso de ciertas plantas marinas para realizar ungüentos curativos y algunos cantos que calmaban ciertos malestares, además de aprender una gama de técnicas para realizar poderosos venenos. Asimismo, en el transcurso de sus viajes, conoció a curiosas criaturas que se encariñaron con él.

La distracción de memorias fue una técnica que la anguila humanoide aplicó en el chico, ya que en un inicio se encontraba terriblemente ansioso por estar alejado de sus pequeños lo cual alentaba la recuperación de su alma, por lo que Lotán decidió ayudarlo, pues con el cambio de los colores reflejados en el agua, él llegó a construir un fuerte vínculo con aquel humano, por lo que quería evitar que su alma se consumiera.

Una noche en la que Briel jugaba con algunas hadas protectoras de las corrientes marinas, Lotán lo llamó en un tono menos juguetón de lo usual.

-Gin Jelly, acompáñame, tengo que hablar contigo.

Tras interminables peleas porque la anguila burlona se refería a él de muchas maneras poco agradables, tiempo después, al conocerlo más, los apodos pasaron de "humano ignorante" a "Gin Jelly", lo cual alivió el malhumor del chico.

-Espera, ya voy.

El pelinegro se despidió de las pequeñas hadas que jugueteaban a su alrededor, pero antes de irse, cada una de las criaturas lo besó en sus mejillas, ya que les gustaba mucho aquella alma humana.

Después de un silencio incómodo, la bestia y el alma llegaron a la superficie del ojo de agua.

La expresión de la anguila se tornaba desanimada al ver la sonrisa que el pelinegro siempre tenía cuando observaba el reflejo de la luna en la superficie, pues parecía ser que le traía nostalgia, y que aquel color plateado que mostraban sus ojos brillaba más cada vez que veía el cielo nocturno.

Desanimado, Lotán extendió su mano en el reflejo de las estrellas y mordió sus labios, ya que aunque le incomodaba hablar del asunto, sabía que esa conversación llegaría tarde o temprano.

Con un tono que combinaba tristeza y amabilidad a la vez, el peliverde preguntó

-¿Te gusta tanto observar el reflejo de esa luna?

-Es muy bella, incluso su reflejo, me trae buenos recuerdos.

Sin más qué dudar, la anguila bajó la mirada y mientras se sumergía en las profundidades del ojo de agua, avisó a aquella alma testaruda perdida entre ese reflejo del manto de estrellas.

-Cuando la luna llena se levante por los cielos, podrás pasar la barrera y salir de aquí. Los espíritus antiguos de este lugar me dijeron que tu alma ya no corre peligro, pero que tienes que mantener tu espíritu dormido por 7 días y 7 noches, cuando llegue el momento te despertare y alertare a tu familiar.

Al escuchar el aviso de esa amable bestia, el alma del humano no emitió palabra alguna, pues se limitó a observar aquel bello reflejo, ya que... sentía que si volteaba su mirada una vez más, esas palabras que tanto había anhelado escuchar estarían fuera de su alcance nuevamente.

Mientras tanto, a la mañana siguiente, Lotán sujetó el alma del chico y lo llevó a otra pequeña cueva ubicada en el corazón del ojo de agua. Cuidadosamente, lo colocó sobre el lomo de lo que parecía ser una salamandra de agua volcánica, y al pronunciar una especie de hechizo, el alma del humano cerró lentamente sus ojos por primera vez desde que quedó encerrado en ese lugar.

El amante del dragónTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang