Capítulo XXXII - Entre peleas y recuerdos; un parto espontáneo

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Las acciones que cometemos pudieran parecer aleatorias y sin ningún sentido, sin embargo, las cosas siempre tienen un significado que la vida nos revela con el pasar del tiempo... simplemente, se debe de observar con atención y cautela.

Mientras se resolvían algunas dudas y preocupaciones que Orion, la abuela Alya y Giri habían desarrollado al escuchar la historia del chico, la elfa recordó algo importante.

-Cariño, creo que con lo que nos acabas de contar entiendo por qué ese dragón te visitó mientras estabas inconsciente.

Con un gesto de sorpresa, Briel preguntó. -¿Qué pasó abuela?

-Probablemente... el dragón ya conoce que estás embarazado, es por eso que de alguna manera al sentir que tu energía estaba inestable buscó una manera de estabilizarte. Me comentabas que el collar en tu cuello es para que recibas su energía de manera indirecta, y que le aplicaste una técnica que permite que no puedas ser rastreado por más que manipulen el cristal para encontrarte, pero cariño, él es un ser del que incluso hoy en día no comprendemos su fuerza ni sus orígenes. Al sentir que su pareja estaba en un estado tan débil, es claro que no se iba a quedar quieto. El ser que te topaste mientras estabas inconsciente era su yo basado en su puro instinto.

-Aah ~ ya veo, con que es así...

Briel estaba admirado y un poco asustado solo con pensar que Ryu ya conocía que estaba en ese estado, pero... no se iba a rendir, estaba decidido a criar a sus lagartijitas sin su ayuda, pues no quería exponer a nadie a un peligro tan grave como lo era esa loca secta de la que tanto había escuchado.

Con una sonrisa que le generó seguridad al elfo preocupado, su estrés comenzó a disolverse cuando lo escuchó con su animada voz...

-Bueno, eso no importa, da igual si ya lo sabe ese idiota. La lagartija mutante no me va a encontrar, tranquilos, por permitirme estar con ustedes, los protegeré a como dé lugar, aunque me vean así soy muy hábil haciendo mi trabajo.

-Así es, ¡somos muy buenos en nuestro trabajo!

-Giri, deja hablar a Briel, no te metas que sigo enojado contigo por comerte las mermeladas del almacén, serpiente loca.

-Woaaa, no me digas que entiendes a Giri...

El chico no paraba de sorprenderse, pues creía que él era el único que podía entender a su amiga.

El pelirrojo un tanto orgulloso, respondió. -Tal parece que si pasas el tiempo suficiente a lado de esa serpiente fea y ella te lo permite, podrás escucharla. Mi abuela y yo ya podemos entender lo que dice sin problemas, a que es genial, ¿verdad?

Al escuchar discutir a Giri y al elfo mientras la anciana trataba de calmarlos, hizo que el corazón del pequeño humano se sintiera cálido y feliz. Esa escena un tanto peculiar provocó que sus sueños se volvieran más ligeros y alegres desde entonces.

Las cosas evolucionaban poco a poco en un pestañar.

El cambio de las estaciones eran señal de que el tiempo pasaba sin esperar a nadie, por lo que... ese día, tenía que llegar tarde o temprano cuando estaba por cumplirse el año del embarazo.

A lo lejos, en un pasillo del animado mercado donde Orion y Giri paseaban para comprar fruta y especias, unos gritos a lo lejos y un escándalo entre los habitantes del pueblo hicieron que sus corazones latieran al límite.

-No creo que sea ese tonto jajaja... lo mandamos por semillas de manzanilla y extracto de frutos rojos... además... él tiene esa barriga enorme con la que no puede causar revuelos así, ¿verdad?

El elfo ya estaba sudando frío, pues debido al embarazo, Briel... se había vuelto un tanto explosivo y temperamental.

-No creo que sea Briel, a él no le gusta causar tanto escándalo, mi humano es si-gi-lo-so.

El amante del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora