Capítulo XIV- Temas importantes que afrontar

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Se dice que los demonios a los que tanto temen los seres humanos, nacen del desconocimiento de las cosas, probablemente el origen de los grandes problemas que ha tenido la historia de la humanidad siguen el mismo principio caótico, y como era de esperarse, el mundo donde las criaturas de aquellas leyendas y cuentos fantásticos habitaban, no era una excepción a la regla...

El tiempo que Briel pasaba en el reino de las bestias era su tesoro, pero, el tiempo que pasaba con el dragón era más que eso, se convirtió en su fortaleza para no caer ante los recuerdos del pasado.

A pesar de que Briel estaba muy unido al dragón, el cornudo rojo, Maru, se hizo amigo del chico, hasta el punto de que comenzó a preocuparse por él...

-Enano, quiero que me acompañes a ver a alguien.

-¿A quién? Hoy tengo que encontrarme con Raon, le quiero consultar algunas...mmm. -Las orejas del pelinegro comenzaron a tornarse coloradas.
– Algunas cosas que necesito aprender...

Maru lo tomó del brazo, y comenzaron a caminar juntos.

-Es importante, guarda silencio y verás que acabaremos rápido.

Sin querer preguntar más debido a la seriedad del cornudo, Briel guardó silencio y solo se dispuso a seguirlo de manera calmada. Tras varios minutos, llegaron a una casa alejada del escandalo del punto central del reino; el hombre abrió la puerta trasera, y encaminó al chico a un tronco que fungía como asiento en el jardín del lugar.

-Espera un poco, ya casi sale.

Briel estaba confundido, pero al tener tanta confianza en Maru, no preguntó nada más.

Repentinamente, en un parpadear, una anciana mujer pelirroja de gran altura, dos cuernos sobresalientes oscuros, y un elegante porte se presentó ante los dos.

-Este humano es la novia de nuestro guardián, ¿verdad?

El cornudo rojo asintió con su cabeza. -Así es sabia Eden.

La mujer le dió un pequeño golpe en la cabeza.

-Ya sabes que no me gusta que me llames así niño, dime abuela.

Avergonzado, Maru bajó la mirada. -Sabes que no puedo, eres uno de los sabios del reino.

-No me importa, llámame abuela.

El cornudo no pudo rechazar el pedido de la mujer testaruda. -Está bien... abuela, pero antes, déjame hacerlo oficial.

Maru se paró frente a Briel, y comenzó a presentarlos.

-Abuela, él es Briel, consejero de comercio, pareja de nuestro general y gran guardián, Ryu. Briel, ella es la gran sabia Eden, conocedora de las artes ocultas del bosque, y... mi abuela. Hoy en día no está activa en la consejería que guía a la líder Alice, solo se presenta ante situaciones especiales.

Al chico le pareció tierno ver al cornudo tan obediente ante la mujer.

-Mucho gusto en conocerla sabia Eden.

-El gusto es mío, conocer a un humano tan peculiar es una grata experiencia.

Maru detuvo la presentación para comenzar con el tema principal que quería tocar con el pelinegro.

Repentinamente se tornó más serio de lo normal.

-Briel, tal vez te parezca raro que te haya traído hasta aquí para hablar con la sabia Eden, digo, mi abuela, pero... lo hago porque necesito que te enteres de algo.

El humano comenzó a tensarse ante sus palabras.

-¿Qué pasó Maru?

El cornudo tragó saliva y comenzó a hablar.

El amante del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora