«En el fin del mundo como en el amor, todo vale.»
Si te vieras cada día más cerca del Apocalipsis, apuesto a que correrías a vivir como hice yo. No pueden culparme por haberme escapado a festejar un Halloween. ¡Solo tengo diecinueve años!
Cuando vi...
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Clara se ha posado sobre la cúpula del Mausoleo. Sus ojos me sirven para espiar a Thaumiel que llega con la chica. Como un obseso he investigado quién es ella antes de que desaparezca toda su información. Su perfil es demasiado ordinario. Es adicta a varias redes sociales. Postea con regularidad como cualquier adolescente que permanece en confinamiento y busca la forma de hacerse notar. Tiene tan solo diecinueve años, cuatro de los cuales ha vivido detrás de una pantalla. Sus intereses se enfocan en videojuegos de acción aventura, series de anime, las artes marciales y tiene una obsesión insana por la literatura de fantasía. Pertenece a varios foros de rol donde se le conoce como «eowynrohir7». Me resisto a sacar conclusiones sobre su identidad con tan poco. Hace tiempo que dejé de sumergirme en la ansiedad de esa expectativa. No hay nada que la haga sobresalir de la media y, sin embargo, Thaumiel y yo la vimos levitar y caer del trance empapada en agua.
Agua...
En realidad puede ser cualquiera, suponiendo que algún Prodigio ha sido perdonado por Yalta de ser eliminado. El agua está presente en el pasado de cada uno de nosotros, aunque la mayoría haya olvidado su primera encarnación.
Thaumiel la deja que se oculte detrás de una de las columnas. La chica se sienta con las piernas encogidas y espía a discreción a los iniciados que van llegando. Su sudadera negra sin género con la capucha arriba disfraza el hecho de que es mujer a menos de que te fijes en lo ajustado de esos jeans y lo redondeado de sus muslos. Luce más relajada que cuando la encontré e incluso se cubre la boca para ocultar sus expresiones. Quizá ya ha recordado algo.
Uno a uno llegan los Iniciados vistiendo la casaca negra de La Orden. Han de haber menos de treinta participantes esta ocasión. A los ojos de ella luciremos como los asistentes a un carnaval de máscaras. Nadie la ubica y se ve que quiere ser ignorada. Evita los movimientos bruscos y permanece quieta con el cuerpo encogido detrás de la columna de mármol donde está esculpida Cloto y su rueca.
¿Será así de temerosa por su juventud?
Como que te hace falta un sobresalto para que te vayas despabilando, niña tonta. Esta vida no tendrá mariposas ni arcoiris. Desconecto mi vista de la de Clara y la imagen de la chica desaparece. El terreno desigual ya no tiene más que ofrecerme. Estoy posponiendo el cierre de esta recolección porque desearía no volver. La chica debe ser muy poderosa sin saberlo, tan poderosa como lo fuiste tú. El lugar ha quedado sin un solo murmullo. Los humanos esperan en la periferia el momento en que me retire para sellar el área y marcarla como zona demoniaca.
Humanos tontos...
Pateo un par de trozos de cemento en mi recorrido. El ánima debió haberme respondido a mí y, sin embargo, se le pegó a ella. Siento como si otro nigromante hubiera intervenido para robarme. Hago una mueca ante el brote de la estúpida ilusión de que ella puedas ser tú. Meneo la cabeza ante mi tontería. Debo parar ¡ya! Llevas ausente de este mundo más de mil años. No sería tu estilo volver como una adolescente tonta y si Yalta fuera a perdonar a alguien de ser eliminado, no sería a ti. Eso es un hecho.
Mi brazalete receptor comienza a vibrar con la señal de que debo volver a la dimensión de Yalta. Recolecté veintiocho almas hoy y hubieran sido treinta. Exhalo el polvo del lugar. Si la muchacha es la última Iniciada, La Soberana debe estarnos convocando a todos para presentarla.
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