38 Caronte: Este healing boost no es para ella

23 3 4
                                    

Manifiesto mi máscara y mi casaca antes de presentarme ante La Soberana

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Manifiesto mi máscara y mi casaca antes de presentarme ante La Soberana. Los demás Prodigios también están esperando a ser recibidos. Guardamos silencio mientras esperamos afuera de su oficina. Si alguno piensa en lo que sucedió, ninguno pregunta por Sila o la menciona. Dan por sentado que está muerta e ignoran que a Sila solo le está llevando demasiado tiempo sanar. No es la primera vez que uno de nosotros mata a un compañero por accidente.

Cuando La Soberana nos admite, nos aborda de inmediato. Tártaro le da un informe detallado de lo que sucedió en Lyon. La presencia de los Porfiria arruina nuestro trabajo por las almas que matan. Las vuelven irrecuperables, pero también han ayudado a acelerar el Apocalipsis.

–¿Reconocieron al Daimón?

–Pudo ser un Asmodeus –responde Tártaro, pero a La Soberana no le gustan las suposiciones.

–Era un Bukavac –intervengo, tomando la oportunidad para justificar mi estancia prolongada fuera de esta dimensión.

–No era pelirrojo –debate Tártaro.

–Tiñó su cabello –explico lo más obvio–. Era Carlo Bukavac. Tiene trato directo con los líderes de los Porfiria en Canadá. He estado rastreándolo desde que finalizamos la recolección. Es probable que el rey Daimón tome medidas contra él pronto.

–Mejor –dice La Soberana–. Mientras más pronto se destruyan entre ellos, mejor para nosotros. ¿Por qué no está aquí Gehena?

–Gehena murió en la recolección –reporta Tártaro.

–¿Murió? –La Soberana me dirige una mirada de soslayo. Debería haber recibido su alma si murió, aunque si su alma no le pertenece, la curiosidad de La Soberana es auténtica.

–¿Cómo murió, Caronte?

Ella solo fue herida –respondo apretando los puños, enterrándome las uñas en las palmas. Quisiera poder mentir y afirmar que has muerto. Ruego porque La Soberana no inicie un interrogatorio que me haga escupirlo todo.

–Dentro de poco estará activa de nuevo.

Los labios de La Soberana se abultan en un gesto inconforme–. ¿Y ya llamó sus armas?

–No.

Yalta parece aburrida. Se endereza en su asiento y comienza el teatro de firmar papeles antes de anunciar lo que todos esperan.

–La Eliminación se llevará a cabo dentro de poco. Estén atentos.

En cuanto salimos, Tártaro comienza a elucubrar sobre la fecha exacta de La Eliminación que dará pie al Apocalipsis. Mictlán se mentaliza a algún lado lejos de la conversación. Nadie lo sabe, pero lleva más de cinco encarnaciones sin hablar. Tal vez sea el único aparte de mí que recuerda bien El Rompimiento. Fue la Eliminación más dura que hemos vivido desde el primer Apocalipsis que nos colocó a todos en manos del caos. No ha vuelto a ser él mismo.

GEHENAWhere stories live. Discover now