IX

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La noche fue tranquila, no fue tan incómoda como se lo imaginaron.

Katsuki estaba acurrucado en la cama e Izuku hecho bolita en el sofá reclinable. Sorprendentemente estaba cómodo y no le fue difícil encontrar una posición para dormir.

Los dos conciliaron el sueño con facilidad y con eficacia. Fue tanto que incluso al despertar, ambos se estiraron con comodidad y siguieron acostados hasta que el profesor Aizawa tuvo que ir a buscarlos preocupado de que algo hubiera pasado entre ellos dos (como una pelea o un asesinato). Fue entonces cuando se sintieron incómodos, avergonzados de haberse sentido así incluso estando los dos encerrados en esa habitación por horas.

Pasadas otro par, los dos salían vestidos listos para cualquier actividad que los docentes tuvieran planeado para el día.

Snowboard fue lo programado. Ninguno de los dos (en realidad casi nadie del salón) sabía cómo hacerlo, apenas aprendían en ese momento. Todos estaban completamente emocionados por ello.

Viajaron en camión unos pocos minutos llegando a una montaña preparada para dicha actividad. Dividieron a todos en grupos de cinco, cuatro en total. Katsuki e Izuku iban en el segundo grupo.

Un encargado del lugar les enseñaba a cómo abrochar sus botas a la tabla mientras que al primer grupo, otro par de instructores, les enseñaban a sus amigos lo básico para desplazarse por la nieve. Aunque la mayoría estaban concentrados en aprender los movimientos, algunos pocos se habían sorprendido al ver unos tres alfas trabajando en la cabaña. Esos pocos al estar comentando dicha rareza, no pusieron atención y solo provocaron más retrasos para que salieran a la pendiente preparada para novatos.

Izuku era uno de esos distraídos, junto a Shoto. Tenya los regañó por eso y los devolvió a la tierra, ambos escucharon las instrucciones… solo que no la parte de cómo frenar.

Debido a eso era más que obvio que ocurriría un accidente. El primer grupo salió sin ningún contratiempo.

-Van ustedes chicos -Aizawa se acercó con su típico rostro de cansancio -Vayan con cuidado.

El profesor rubio también caminó hacia ellos y empujó a un par por la espalda y, oh sorpresa, era el par que no había puesto atención. Al ver como sus dos compañeros bajaban a toda velocidad, los demás también se dejaron llevar, mezclados entre todos los demás turistas de la zona.

Los dos mayores no vieron problemas y se giraron para hablarle al siguiente grupo.

-¿¡Cómo se frena!? -preguntó el bicolor a punto de caer de cara -¡Midoriya!

-¡No sé, me estoy meando! -estaba asustado, el aire helado golpeaba su rostro con fuerza y sentía todo su cuerpo entumecerse -¡Fue mala idea, fue mala idea!

-¿¡Cómo que te estás meando!? -al parecer el miedo abandonó su cuerpo y ahora solo trataba de no reírse por las palabras de su amigo (mejor amigo, en realidad) -¡A ver!

-¿¡Qué!? -si pudiera, su rostro se pondría rojo, pero por accidente chocó contra alguien -¡Ay, perdón!

-¿¡Qué mierda haces, nerd!?

Tenía que ser él, por supuesto. Si la experiencia estaba siendo “mala” ahora definitivamente sería terrible. Debido al golpe ahora los dos se habían desviado del camino con una velocidad aterradora, incluso el cenizo sintió su vida escapar de entre sus manos cuando vio el montón de árboles que se supone delimitan la zona, pasar junto a ellos.

-¡Frena!

-¡No sé cómo!

Al estar tan cerca y por instinto, se agarraron mutuamente como si eso hiciera que la velocidad disminuyera (obviamente no fue así). Sus manos apretaban las mangas del contrario con fuerza desmedida y gritaban barbaridades tratando de organizarse para detenerse.

Sociedad de mierda [DkBk]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt