XV

720 150 94
                                    

Pagaron la tarifa correspondiente para subir al metro y poder regresar a sus casas, había más gente de lo normal, al menos más de la que están acostumbrados a ver. Cuando salen del instituto la mayoría de usuarios de ese transporte son estudiantes y al ahora haber salido unas horas más tarde, son parte de los trabajadores con jornada corta.

Corrieron para poder entrar antes de que las puertas se cerrasen, el cenizo fue el más rápido de todas las personas que igual que ellos corrieron, y se apresuró a sentarse en el último asiento libre del lugar. Las puertas se cerraron, muchas de las personas tuvieron que ir de pie.

Izuku tragó saliva y se abrió paso para pararse frente a la puerta que quedaba justo a un lado del cenizo. Escuchó unos cuantos insultos y quejas hacia su persona, la mayoría ahí presente eran omegas y betas, los alfas que salían a las calles, o ya se habían encerrado en sus casas o ya habían entrado a trabajar. Raro era ver a alguien con collar después de la salida de las escuelas, así que entendía el por qué del enfado de la gente a su alrededor.

Katsuki empezaba a irritarse, no entendía el motivo exacto. Pero desde que entró a la UA y le llamaron la atención por su comportamiento erróneo y agresivo, parecía enfadarse más con las personas que se comportan como él en el pasado. A veces veía hacia atrás, y se avergonzaba demasiado con todas las cosas que había hecho y dicho. También recordaba a sus ex compañeros de secundaria, esperaba que hubiesen cambiado.

Suspiró con tristeza, fue un estúpido.

El pecoso seguía con su mirada baja, tenía curiosidad de saber qué es lo que estaba pensando el oji rubí en esos momentos, parecía demasiado sumido en sí mismo que no se daba cuenta de nada. Ni siquiera lo miró mal cuando se acomodó junto a él. Escuchó unas risas a unos cuantos metros de ellos, miró hacia esa dirección y vio que una señora se levantaba, al parecer había caído sobre los que estaban sentados en ese lugar. Lo entendía, a veces era complicado mantener el equilibrio cuando vas sobre un vehículo a gran velocidad. La señora siguió caminando después de disculparse con esas personas, se dirigía hacia ellos y por alguna razón no avanzaba de una forma muy estable… Sí, iba a caer sobre Katsuki. El peliverde se apresuró a pararse frente al cenizo para cubrirlo del golpe, recibiendo miradas confundidas de todos.

-Tch -la mujer se volvió a acomodar y observó a Izuku con una sonrisa hasta que notó su collar -Qué asco -su cara se desfiguró en desprecio y odio -Maldito estúpido, ¿No vez que me vas a lastimar?¿Por qué no vas y te escondes en tu casa como todos los putos alfas?

Y con esas palabras se alejó caminando igual de mal que como llegó, el silencio que se hizo después de eso era demasiado incómodo.

Katsuki miró completamente ofendido a la señora que desapareció en la puerta que dividía el vagón. Sintió como si se lo hubieran dicho a él, levantó la vista y se centró en la expresión dolida y apenada del pecoso, quien tenía sus ojos clavados en sus pies. Decidió no decirle nada, al menos no estaba llorando como solía hacerlo, se removió un poco en su asiento, eran incómodos.

No pensó que ese pequeño gesto desataría a los omegas que seguían con la vista fija en el peliverde y en él. Otra mujer se acercó enfadada y empujó con fuerza al más alto sin previo aviso, este no se lo esperaba por razones obvias y casi cae al perder el equilibrio.

-Oye, ¿¡Qué te pasa, eh!? -gritó fúrica -¿¡No ves que el chico está incómodo!?¿¡Qué, te crees en derecho de acosar a un pobre omega por tu puta jerarquía!?

-¡Los alfas son tan asquerosos!

-¡Encierrate en tu casa y no salgas, nadie te necesita!

-Y-Yo… -sus ojos se aguadaron, todos lo miraban de forma reprobatoria y la ansiedad por ello empezaba a escalar desde su estómago.

Sociedad de mierda [DkBk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora