XX

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-¿Cómo? -las palabras del bicolor lo tomaron desprevenido.

-Lo vi llorando -reafirmó.

-¿Por qué? -estaba extrañado, muy confundido por las palabras de su amigo.

-... -desvió la mirada hacia Sero que estaba sentado en el suelo, a unos metros, con sus amigos -No sé.

-Sí sabes -notó la duda en su mirada -¿Le hiciste algo?

-No -negó con la cabeza con más energía de lo normal (al menos para el nivel de energía que él suele tener).

-Entonces, ¿Por qué estaba llorando? -volvía a preguntar, esta vez más insistente mientras daba señales de querer ir a buscarlo.

-No sé -se encogió un poco en su lugar al ver la intensidad del peliverde.

-¿Dónde está?

-No sé, se fue el interior del edificio -aún le sorprendía que Izuku fuera tan buena persona como para preocuparse por el cenizo.

Vio cómo el pecoso salía disparado fuera del gimnasio. Izuku pidió permiso para ir al baño, alegando que ya no aguantaba y actuó de forma tan espléndida que logró el permiso en muy poco tiempo.

Una vez fuera de ahí, respiró profundo para tranquilizarse mientras jugaba con sus manos a la vez que avanzaba hacia los baños, suponiendo que el omega estaría ahí. ¿Qué haría si se lo encontraba? No lo tenía claro, pero nunca lo había visto llorar, o al menos no que recuerde.

Al llegar a su destino, no escuchó nada, lo llamó desde fuera pero tampoco hubo una respuesta agresiva. Siguió caminando por el pasillo, pensando en otras posibilidades. Llegó a la conclusión de que debía de estar en el salón de clases o en el de artes, con rapidez, se dirigió hasta allí.

Katsuki estaba en el suelo, detrás del escritorio, hecho bolita y jalando su cabello con algo de fuerza mientras trataba de parar su llanto. Pensamientos intrusivos cómo: "eres igual a Mitsuki", "eres una mierda", "La vieja tiene razón, eres una puta"; aparecían e interrumpen las palabras que decía al aire para intentar calmarse a sí mismo. Cada que un pensamiento de ese tipo resonaba en su cabeza, lo hacía recaer en ese ataque que sin darse cuenta estaba teniendo. El agarre sobre su cabello aumentaba de fuerza y trataba de negarse a esas palabras.

Tenía los ojos cerrados y cada vez se encorvaba más hacia enfrente, no podía parar de pensar en las peores cosas sobre él. Recordando toda la mierda que hizo para sólo beneficiarse a él mismo, sólo para no recibir el castigo de su madre. Siendo un completo cobarde al no enfrentarla, por él, su ex mejor amigo había sufrido lo peor, por su culpa el alfa tenía marcas permanentes en su piel, por su culpa... por su maldita culpa. Golpeó a su amigo, le levantó la mano como lo hacía Mitsuki.

Carajo, no merecía nada bueno, merecía ser golpeado por su madre. Su respiración estaba completamente descontrolada, no era consciente del ruido que estaba haciendo o de su posición o de cuánto daño se estaba haciendo.

-¿Katsuki?

Esa voz salió de la nada, saltó de su lugar y terminó lejos de la fuente de ese sonido. Buscó con desesperación de dónde provenía, y su mirada, al chocar contra esas esmeraldas preocupadas, se clavó en el suelo, ocultando su rostro detrás de su cabello y de pronto su respiración casi imperceptible.

-Mierda puta -farfulló entre dientes mientras limpiaba con sus manos su rostro húmedo por las lágrimas -¿Qué haces?

-¿Por qué lloras? -no, definitivamente no recuerda verlo en ese estado, ni lo más mínimo -¿Qué pasó?

-No estoy llorando -no entendía por qué las lágrimas seguían saliendo, no paraba de limpiarse la cara. Izuku lo estaba viendo, no podía ponerse así.

Sociedad de mierda [DkBk]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt