XXXVIII

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Fue un día realmente tranquilo. Una vez llegaron a la cabaña, se quitaron los sacos y acomodaron sus ropas para estar más cómodos, además de quitarle el collar al pecoso.

Katsuki sacó algo de su mochila. Bastante inesperado. Un kit de pinturas y dos cuadernos especiales para eso, se sentaron en el medio, con el plan de sacar cualquier sentimiento plasmándolo en el papel blanco…
 
—¿Qué vas a dibujar? —pregunto al ver cómo el pecoso vacilaba en el primer trazo.

—No sé, no tengo creatividad —suspiró rendido, no tenía la menor idea de qué hacer.

Katsuki sonrió en grande, se acomodó frente a él y tomó su propio cuaderno —Te voy a pintar a ti —alzó el pincel y sacó la lengua mientras cerraba un ojo para “visualizar” su obra maestra.

Izuku se sonrojó y también sonrió, encogiéndose un poco, apenado. Katsuki logró levantarle el ánimo, se notaba su esfuerzo para mejorar su actitud depresiva. Le agradece eso, porque además de alegrarlo a él, el cenizo también se veía más feliz.

—¿También te puedo pintar a ti? —se acomodó mejor, en una posición más cómoda para que ambos pudieran dibujarse mutuamente —Aunque no creo que me quede tan lindo.

—Ah… —soltó una pequeña carcajada y se cubrió la amplia sonrisa que tenía en su rostro, con una de sus manos —No digas cosas así de vergonzosas.

—También dices esas cosas —respondió con burla e hizo ojitos —¿Soy bonito?

—¡Cállate! —exclamó con el rostro vuelto un tomate.

—¿No soy? —se quejó al no recibir la respuesta esperada.

Katsuki cerró la boca, pensando en si repetir el cumplido o hacerse el loco, como si nunca le hubiera dicho tal cosa. Bajó la mirada a su cuaderno y abrió la primera pintura. Ninguno de los dos tenía idea de artes, así que sería un “cuadro” hecho a lo loco.

—Sí —contestó después de un largo rato y bufó aún sonrojado.
 
—¿Sí qué? —había perdido el hilo de la conversación al distraerse con los diferentes materiales que el cenizo había llevado.

—Eres bonito —masculló en voz baja, su rostro ardía.

El alfa se quedó callado, también bajó la mirada y trató de ocultar su sonrisa, mientras abre un botecito de pintura acrílica para comenzar su pintura.

El silencio perduró por un buen rato, mientras ambos trataban de hacer una pintura con decencia. Obviamente, nada estaba saliendo como querían. Izuku, por accidente, manchó el rostro de Katsuki, bufó frustrado. Volvió a hundir el pincel en la pintura, subió su mirada al cenizo y extendió su brazo para pintar la mejilla del verdadero Katsuki.

Sonrió en grande al ver la reacción tierna del omega, el cual, hasta hace un momento, estaba concentrado en su propio cuaderno.

—¡Oye! —llevó su mano al cachete, sentía algo fresco, después de que algo lo haya presionado.

—Es para que mi pintura coincida con cómo te ves —explicó el porqué lo hizo, a la vez que giraba su cuaderno para que el más pequeño pudiera ver.

—Pff —sonrió, y decidió manchar el rostro del peliverde, el cual le estaba quedando bastante decente —Ups…

—¡Kacchan! —se hizo para atrás al ver sus intenciones, también quería pintarle la cara —Nop.

—Ven —rio y trató de acercarse.

—¡No, arregla eso! —lo tomó de las manos y lo regresó a su lugar, a la vez que dejaba un besito en su frente —Hazlo.

Sociedad de mierda [DkBk]Where stories live. Discover now