UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]

Capítulo I

Las personas estamos hechas de miles de partículas, y nosotros somos partículas de partículas de miles de millones de partículas.

El universo pertenece a un universo, y cada ser es un universo de otro universo.

Taehyung aprendió que el universo que compartía con el universo de otra persona no eran compatibles, y era predecible que tarde o temprano colisionara hasta causar un caos.

Ese caos lo llevó al borde de un puente, en pie mientras las autopistas eran transitadas por cientos de autos.

Sus manos se aferraron a esa baranda helada ante el frío de la noche, la piel de sus dorsos siendo célebres de sus lágrimas.

Taehyung sintió por primera vez lo que era estar al límite.

—Lo lograste, mira en donde estoy —dijo en medio de un sollozo, sintiendo el corazón partiéndose en miles de pedazos, su garganta siendo estrangulada— ¡Mira en donde estoy, Sunhee! ¡Mírame! ¡Mira lo que estoy a punto de hacer por tu culpa!

Estaba dispuesto. Nada iba a convencerlo a cambiar su decisión.

Se impulsó en la barra de metal, exhalando el vapor caliente en cada jadeo, en cada respiro con desespero, mientras el pavor corrompía hasta el último rincón de su cuerpo.

Si iba a acabar con su vida, debía hacerlo de una vez.

Pasó la pierna derecha, seguro de terminar consigo en los siguientes segundos, sin importarle nada, sin importarle las personas que la querían, porque al fin y al cabo...¿Había una sola?

No, definitivamente no.

Apretó las manos de nuevo, dispuesto a tomar fuerza para pasar la pierna izquierda arriba de la barra, reuniendo lo último de valor para lograr su cometido...

O fue hasta que oyó un grupo de personas gritar a la lejanía.

Se detuvo cuando vio a unos hombres en traje correr tras un niño, este huyendo con desesperación mientras sus pequeñas piernas se aferraban a correr.

Pero no pensó que aquel niño corriera hacia su dirección, chillando de alegría en lugar de pánico.

—¡Papá!

Taehyung se paralizó por completo antes de caer al suelo al siguiente segundo.

Miró absorto a ese niño que se aferraba a su cintura, abrazándolo con afán como si hubiera encontrado la joya más preciada.

No pudo ejercer movimiento alguno, sus manos se volvieron rígidas alrededor del torso ajeno y algo en él eclosionó cuando este niño le miró a los ojos, encontrando estrellas en aquellas redondas y marrones pupilas.

—Al fin te encontré, no te dejaré ir.

¡¿Qué mierda?!

—Y-yo no... no soy... estoy seguro que yo- —balbuceó desconcertado, abriendo los ojos en demasía cuando de repente aquellos hombres le apuntaron con las puntas de sus revólveres— ¡¿Qué creen que hacen?! ¡Están frente a un niño!

—Suelte al joven maestro.

—¿Joven qué? —cuestionó absorto, siendo ignorado de inmediato cuando uno de los hombres se acuclilló a la altura del infante, estirando los brazos — ¡oigan-!

—Joven maestro, venga con nosotros.

—¡No!

—Joven maestro, el jefe se enojará con usted si no obedece —aquel omega pidió apacible, siendo rodeado por alfas y omegas, y Taehyung supo que este niño no era un niño cualquiera, sino que pertenecía a una distinguida familia de un élite superior.