Capítulo XXII

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¿Sabes, Jungkookie?

El omega miró a su par, su brazo entrelazado con el del alfa y este sonrió bonito, caminando por ese extenso jardín, el aroma del césped recién podado filtrándose a sus fosas nasales.

—Tu prometido es...un tanto extraño.

Jungkook arrugó el cejo, mortificándose un poquito.

—Hyung...

No me malinterpretes —Woonwo inquirió rápidamente—, pero los hermanos mayores siempre tenemos un sexto sentido y yo presiento que él no es el correcto.

Pues...tal vez tu sexto sentido se equivoca —el omega le contradijo con una sonrisita en reto, y el alfa apretó sus labios, coordinando sus pasos entre ellos.

Mh.

Eres un celoso —le empujó con su hombro, balanceándose torpemente—. Ahora sientes lo que yo siento cuando traes a todas tus novias. Si fuera un novio quizás cambiaría de opinión.

No te metas con mis gustos.

Ni tú con los míos —le advirtió, ambos dirigiéndose hacia la salida, una limusina esperándolos detrás de las rejas de la mansión y Jungkook suspiró, dejándose colocar por su hermano la capucha de esa bonita capa de color granate al estar en pleno invierno—. Ayer escuché a mamá llorar —dijo de repente, obteniendo los preocupados ojos ajenos en él—, decía que se arrepiente de haberme ofrecido como tributo. ¿Pero cómo podía arrepentirse de algo que siempre fui destinado? No la entiendo. Jimin y Jin hyung dicen que yo debo decidir mi destino, pero ni siquiera sé lo que quiero.

Woonwo pateó un poco de nieve en medio del camino antes de seguir.

—¿Quieres ser una Luna o no? —le cuestionó y un Jungkook de diecinueve años arrugó el cejo, la incomodidad de la pregunta siendo evidente.

Si quiero, siempre quise, siempre anhelé ser la mejor Luna de todas.

¿Entonces por qué te cuestionas? —el otro le interrogó y esta vez no pudo responder, no porque quedó sin argumentos, simplemente...no quería. Woonwo suspiró—. Si estás seguro de ello, no deberías tener esa encrucijada. Así de simple.

El menor arrugó el cejo.

No es así de simple.

¿Por qué?

No lo sé, ya no me cuestiones —sacudió la cabeza, abrumado en demasía. Habían tenido esta misma conversación días atrás; un intercambio de palabras terribles que terminó en una discusión. ¿Por qué tocar el tema?—. Estamos a minutos de salir del territorio para visitar a la familia de mi futuro alfa, no me pongas más nervioso de lo que estoy.

A veces no te entiendo —el otro soltó, golpeando la lengua contra el interior de su mejilla, mirando al frente sin intención de recaer a su par—. Si en algún momento decides renunciar a la unión, no dudes en decirme. Tomaré tu mano y te llevaré lejos, a dónde tú quieras. Solo si estás de acuerdo.

Jungkook se rio suavemente, acurrucándose contra el brazo fornido del mayor.

Lo dudo —confirmó en un susurro, ambos parando en plena puerta abierta por un Jung Hoseok de veintiún años—. Aun así, lo tendré en cuenta, gracias.

• • •

Una inhalación seguida de una exhalación logró poner sus sentidos en alerta.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Where stories live. Discover now