Capítulo X

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Taehyung no recordaba la última vez que tuvo una fuerte resaca.

Una terrible resaca.

Sentado en una de las sillas frente a la mesa en el comedor, mantenía el torso acostado sobre la superficie, mirando un punto fijo en el centro de mesa y con su mejilla apachurrada en la madera.

No era un chiquillo que probaba por primera vez el alcohol, pero tampoco solía sobrepasar su límite de dos a tres copas.

¿Qué clase de tragos eran esos?

La puerta de pronto se abrió y ni siquiera pudo reaccionar. Estaba tan lelo que no pudo dilucidar la silueta en su delante, quien también se tambaleaba mientras el talón de su mano presionaba su frente.

¿Desde cuando los muertos vivientes viven en la residencia Jeon?

—Bue...nas...

—Mmm... —Jungkook le respondió con desánimo, apenas manteniendo el equilibrio y los ojos abiertos con notorias ojeras. Pasó de largo y deslizó la silla a la cabeza de la mesa, sentándose de golpe mientras luchaba por no cerrar sus párpados pesados—. ¿Ya...desayunaste...?

—No... vomitaré o vomitaré.

El omega le tiró una mirada de soslayo, frotándose las sienes con los dedos.

—Te lo mereces —le farfulló y Taehyung rodó los ojos, girando la cabeza hacia donde el menor, mirándose un par de segundos antes de añadir algo.

—¿Qué mierda fueron esos?

—¿Mh?

—Los tragos que nos dieron en la fiesta, o más bien la botella que agarré por ahí.

Ah...

—Vodka —Jungkook suspiró y el alfa separó sus labios, apenas.

—¿Vodka? Ni siquiera sentí que lo era. Todo era una euforia, ni siquiera cuando me gradué de mi licenciatura celebré tanto.

No siempre se viven esas oportunidades, para Jungkook fue algo nuevo, único. Y si, era un joven omega de veinticinco años y nunca ha tenido una resaca, quizás un poquito cuando cumplió dieciséis, pero esto... Dios, ¿Qué mierda?

—Bailas bien.

Taehyung se conmovió ante lo dicho, y automáticamente dibujó una sonrisa chiquita en sus labios, aún con su mejilla apachurrada contra la mesa.

—Lo mismo digo por ti —le concedió de vuelta y Jungkook suspiró agradecido, ambos con una sonrisa suave a pesar del malestar de sus cuerpos, la jaqueca siendo terrible.

—Lo último que tomamos fueron shocks de ron, vodka, y whisky. Los tres mezclados en uno.

«Con razón»

—Si no estamos muertos, dime por qué veo a un ángel.

Silencio absoluto.

¿Le parece o lo dijo?

¡Joder, lo dijo!

—¿Qué?

Mierda.

—¿Mh?

—¿Qué dijiste? —el omega le preguntó anonadado, sus redondos ojos en él y Taehyung tragó.

—¿Qué dije qué?

—Repite lo que dijiste.

—¿Qué cosa?

Jungkook arrugó el rostro, con fastidio.

—Balbuceaste y no te entendí, por eso te pido que lo repitas —le dijo casi en una orden, sin quitar los ojos en él y ¿Debía repetirlo? A decir, Jungkook con aquella vestimenta era sumamente maravilloso; inefable.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora