Capítulo XXIV

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Advertencia: Sexo xD (disfruten (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠) )

Taehyung se estremeció apenas sintió un tirón en su brazo. Bajó la mirada hacia su izquierda y cerró el libro en cuanto un segundo tirón vino con más sutileza, pero con insistencia.

—¿Has visto a mi papá, papá Tae?

Parpadeó confundido.

Dejó el libro en la mesa de esa extensa biblioteca. Se giró hasta quedar frente al niño y Jooha apretó sus labios, a esperas de una respuesta que Taehyung no sabía precisamente si emitir.

—No lo he visto en todo el día. ¿No está en su oficina?

—No —el menor respondió enseguida, con su lengua golpeando el interior de su mejilla derecha—. Busqué en su habitación y en el gimnasio. Hobi está aquí, Wonho, Dami, y Jeonghan también están aquí, él no pudo salir porque sigue mal.

—¿Quieres que lo busquemos juntos? También quisiera hablar con él por un rato —le comentó con una sonrisa suave en sus labios, al modo que los pequeños ojos ajenos iban hacia la puerta grande de la salida, para después regresar a él.

—Okay. Pero yo fui el primero en necesitarlo.

Dentro de las hipótesis por el más joven, la probabilidad de encontrar a Jungkook en el gimnasio o en su habitación es nula, quizás esté en el invernadero, en la sala de tiro, o en el centro ecuestre, aunque duda estar en el último.

¿No era más fácil acudir a Seokjin?

Definitivamente sí.

Por eso, pararon frente a esa puerta tallada. Tocó la madera un par de veces, esperando una respuesta que parecía no obtenerla.

Tocaron de nuevo, y esta vez ambos lo hicieron a la vez, el eco de los golpes oyéndose en la extensión del pasillo hasta llegar al fondo.

Entonces la puerta se abrió. Retrocedieron un paso cuando tuvieron al hacker enfrente, los grandes audífonos en su cuello, los anteojos mal puestos y el cabello hecho un remolino.

Sobre todo el cejo fruncido fue el detonante para emitir con precisión.

—Estoy trabajando, espero que sea rápido —dictaminó apresurado, dejando un poquito a la vista el desorden en el interior. Jooha arrugó el entrecejo.

—No encuentro a mi papá, Jinnie.

El mencionado parpadeó.

—¿A qué se refiere, joven maestro?

—Jooha-yah está buscando a Jungkook en toda la mansión y no logra encontrarlo —el alfa inquirió—, quizás...por las cámaras... sería una gran ayuda, ¿sabes?

El hacker cruzó los brazos contra su pecho y se apoyó en el marco de la puerta, ceñudo.

—Jungkook no ha salido de la residencia, estoy seguro.

—Eso sin duda —Taehyung le concedió con certeza—, pero tal vez esté en los pasadizos detrás de las paredes o quien sabe, posiblemente esté debajo de una piedra del jardín.

—No seas ridículo —el otro le reprochó, para enseguida ladear el cuerpo—. Pasen.

Era la primera vez que ingresaba a su "guarida". Taehyung pensó que era diferente, pero le recordó a las películas de espionaje y cómo hacían para rastrear a ciertas personas a través de cientas de computadoras.

Estas eran de sobremanera. Las pantallas de los monitores proyectaban las imágenes de todas las cámaras de la residencia, algunas escaneaban información; otras, centros de controles. Pero lo que estaba seguro era de la gran ceguera por culpa del excesivo brillo, la oscuridad de la habitación un plus.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Where stories live. Discover now