Capítulo VIII

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Taehyung tragó cuando Bogum apareció en su delante.

—Sujétenlo

Un segundo de distracción fue suficiente para tener manos fuertes en sus brazos, presionándolo hasta chillar de dolor y Taehyung palideció ante la aguja alzada, la piel de la flexura de su brazo húmeda ante el alcohol.

—¡Me va a doler! ¡No quiero! ¡Auxilioooo!

—Solo es un piquete, no vas a sentir nada.

—¡Déjate de estupideces! Soy enfermero y sé cómo es esto.

Park Bogum sacudió la cabeza, inclinándose hacia el brazo y el pánico se apoderó de Taehyung cuando el doctor ajustó la liga en su bicep.

—Por favor, hasta el joven maestro es más valiente que tú —le evadió con burla, acercando una pequeña bandeja metálica en donde yacían los tubos de muestra, todo a su alcance.

—¡Diosa Luna, me va a doler como mierda! Vomitaré, se me bajará la presión y el azúcar, ¡me desmayaré!

—Ya, Taehyung, cierra el hocico. Ladras mucho —Jimin le ordenó pasando una mano por su cara, suspirando en un bufido y Taehyung arrugó la nariz, aún con la fuerte mano del guardia en su brazo en desuso.

—Cállate, esto es entre mi paradoja y yo.

El omega rodó los ojos.

—Ni siquiera sabes qué es una paradoja, palurdo —se burló balanceándose un poco, cosa que hizo al alfa plasmar una mueca de remedo, la cual Jimin no pasó por alto.

—Vale, como digas —le concedió, para después recaer la vista en su brazo, en cómo el doctor le calzaba una bandita en la flexura en su brazo.

¿En qué momento terminó?

—Ya puedes bajar la manga.

Okey, no tiene la mínima idea del dolor.

Abrochó el botón de la muñeca y se enderezó enseguida, observando ceñudo al alfa mayor volcar de un extremo a otro los tubos con la sangre oscura.

—Tienes buena pigmentación. Tu sangre no presenta coágulos y tampoco es tan líquida. Digamos que es una sangre normal.

—¿Eso es bueno? —inquirió Jimin, quejándose bajito cuando Taehyung le volvió a remedar—, ¡ya deja de ser infantil!

—Es bueno, aunque es probable obtener los resultados más pronto de lo esperado —Bogum comentó tras quitarse los guantes de látex. Se giró y tal vez el estómago burbujeó al ver las facciones del alfa— ¿Sucede algo, Taehyung?

—Tengo un compromiso con el jefe —dijo sonriente, inmutando a todos—. Si me permiten... pasaré a retirarme.

—Jooha está dormido, el picnic se cancela —Jimin bufó con pesimismo, pero tragó cuando Taehyung se rió, acercándose hacia él, haciéndole retroceder hasta chocar con el borde de una de las camillas cercanas.

—Tú crees...

Y las miradas desconcertadas llenaron el silencio de la enfermería.

Taehyung abandonó el lugar apenas el reloj en su muñeca marcó las diez de la noche. Recorrió los pasillos extensos que ¡demonios! parecían no tener límite, como un laberinto infinito lleno de pasillos falsos destinados a la nada.

Ingresó a la oficina principal sin siquiera tocar y Jungkook se congeló a nada de tomar asiento, arrugando el rostro ante la sola presencia del alfa.

—¿Te importaría tocar antes de entrar? —dictaminó con fastidio, dejando todo de lado para enfocarse en el mayor quien ingresó las manos a los bolsillos de sus pantalones, la movilidad del brazo derecho retornada.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Where stories live. Discover now