Capítulo XXVII

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—Jefe, debe ver esto.

Y el omega no supo cómo reaccionar ante la imagen en la pantalla del móvil.

El guardia retrocedió rápidamente, paralizado mientras el sofoco por la esencia impropia recorría su pecho y Jungkook no podía, no con esto, no con esta amenaza.

¿Qué debía hacer? ¿Por qué ahora?

Sus ojos pactaron con los de Hoseok a la lejanía junto al equipo de rastreo. El alfa se acercó de inmediato y Jungkook jadeó, dándose media vuelta para no verlo, tratando de alejarse en busca de una calma que no parecía estar de su lado. Pero las manos ajenas se posaron en sus hombros, presionándole un poco para regresarlo hacia enfrente, con Hoseok observándolo consternado.

—H-hijo de perra... —dijo con la voz temblando y no había nada qué deducir, el guardaespaldas sabía a quién se refería y en eso sus manos abandonaron al omega, con Jungkook sin siquiera dándole la cara—. Sehun...decapitó a Sehun y no bastando envió su cabeza como regalo de cumpleaños a mi hijo.

—Debe haber algo que podamos hacer, el Comité podría ayudar —este le dijo apacible, ¿pero había una solución? ¿Había algo por hacer?

No, no había, y Jungkook sabía que Hoseok lo sabía. Mas, el alfa le brindó una esperanza a pesar de la probabilidad de fracasar.

—El Comité-

—El Comité sólo se lavará las manos y me culparán de todo. No es como si fuera algo nuevo, sabes que siempre es lo mismo. Yo tengo la culpa de todo, ¿o no? —dijo y el corazón del guardaespaldas se arrugó, el frío de la tarde al pronto otoño recorriéndoles la piel.

—No es así.

—Hoseok —y el alfa se tensó, mirándole a la cara a Jungkook quien no tenía ninguna expresión—, sabes que es así.

Sus labios se separaron, pero los cerró de inmediato ante el chillido de unos neumáticos.

Se giraron y el omega se acercó rápidamente para recibir a esa pareja que bajó de uno de los tantos autos.

Pensó que la mujer le recibiría como el día anterior, pero la Luna Park solo le miró con ignorancia, sin intención de acercarse y Jungkook no dijo nada, solo aceptó el rechazo porque de algún modo sentía que lo merecía. Incluso el jefe Park no le dirigió la palabra, a excepción de una simple mirada de soslayo.

—Lo encontraremos, Luna Park, de eso esté segura —Hoseok le prometió, la mirada de la omega haciéndole sentir la incomodidad. Ella avanzó un paso y el alfa no se movió, sus músculos tensos.

—Si tanto te jactas de ser su alfa de mi hijo al menos demuéstralo y no solo te escondas detrás de un omega que está bastante arruinado como para protegerte —le masculló y un nudo apareció en su garganta, apartándole la mirada para recaer en Jungkook a unos metros detrás de la mujer.

—Mi posición no me permite hacer más —le murmuró, la atención de la mujer en él—. A pesar de mi esfuerzo, el joven Min siempre verá la manera de salirse con la suya. Tiene más influencias, es el primogénito de la mafia Min y yo solo soy el guardaespaldas del jefe Jeon. La desventaja es de sobremanera.

Pero ella negó, ingresando las manos a los bolsillos de la gabardina.

—Tienes a dos...no, tres mafias que te respaldan si de proteger al omega considerado tu pareja se trata —le recordó, pronto el pecho presionándole hasta acortar su respiración—. Pero solo acudiste a Jungkook quien tiene otros asuntos igual de jodidos como este. Demuestra que eres el alfa que Jiminnie se merece, de lo contrario ordenaré su despido para tenerlo a mi lado.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora