Capítulo XXX

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Taehyung contuvo la respiración.

—¡No! —Jungkook clamó, arrebatándole la carta de sus manos.

—Quizás ellos-

—Es una trampa —el omega soltó histérico, sus dedos presionados en el sobre hasta arrugarlo—. Te solicitan para que vayas y caigas en su juego. No quieren ejercer lazos contigo, quieren matarte; su objetivo es matarte. Si vas...ya no regresarás; no vivo.

No respondió.

Sus ojos recayeron en la mano ajena, la cual temblaba sobre la carta y después en Bogum, quien suspiró mientras deslizaba sus anteojos hacia arriba.

—El jefe Jeon tiene razón, Taehyung. Asistir será una soga al cuello —le comentó apacible—. Desconozco los asuntos entre las mafias, pero si fuera tú me negaría a ir. Actualmente tu situación no es la mejor; primero encontremos tu origen antes de dar el siguiente paso. Pero ya es tu decisión si ser tan osado o no.

—Podría... solicitar una reunión con las Lunas, ellas podrían asesorarme.

—Lo dudo —y ese fue Jungkook, quien dobló la carta y la guardó en el bolsillo trasero de sus pantalones—. Los jefes deben haberles revuelto el cerebro. Su apoyo es incierto.

—Pero vale la pena acudir, aunque sea para obtener una mínima información —Taehyung insistió—. Pueden ayudarme, ellas...deben saber algo de mí y lo que planifica el Comité junto con los jefes. Si logro persuadirlas a mi favor, capaz el Comité dé su brazo a torcer y me tengan consideración.

No sería fácil. Jungkook lo sabía y sabía que Taehyung sabía, pero a pesar de todo tenía una mínima razón. Cielos, en verdad... ¿Las Lunas serán capaces de defenderlo? El contacto entre ellos era demasiado, le tenían tal consideración que Jungkook jamás pensó que tendrían por un alfa.

Quizás haya una esperanza, como quizás no.

Suspiró rendido, exhalando por la boca y regresó la mirada al alfa.

—Si insistes... —le concedió y algo en Taehyung se retorció de gozo, yendo tras el omega que abandonó la sala sin más.

Al menos había una esperanza, ¿no?

• • •

—Despacio

Tal vez sus sentidos estaban puestos en otro lado.

Seokjin dio un asentimiento de cabeza, sujetándolo con mayor presión y Jimin sollozó cuando lo apuró un poquito, al menos lo suficiente para retomar la marcha luego de detenerse por un rato.

—Hyung, despacio, despacio.

Y Seokjin paró, el omega a su par quejándose quedito pero sin decirle nada.

Debía admitirlo, se sintió la peor persona del mundo y es que sus pasos de por sí eran más largos ante su altura, de alguna manera no podía acoplarse al menor.

—¡Lo siento! ¿Te duele mucho? —le cuestionó y Jimin le miró por un segundo para después desviar la mirada, sus lastimados labios apretándose. El corazón del hacker se arrugó—. L-lo siento.

—No es tu culpa —el otro le dijo en voz baja, apenas pudo—. M-me esforzaré, debo regresar a la guardia, lo prometo, lo- haré...no soy inútil, p-puedo hacerlo-

—No te sobre esfuerces, Jiminnie —Seokjin le pidió, ejerciendo tantita presión en su brazo—. Tómalo con calma, ¿si? Cuánto más te desesperas, más tardarás en recuperarte. Lo estás haciendo muy bien, en serio.

¿Lo estaba?

Sus vacíos ojos se fijaron al fondo del pasillo y tal vez y solo tal vez Seokjin lo vio palidecer un poco.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora