Maldito Horde Prime Capítulo XIII

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nota:la historia pertenece a Taylor Jenkins.

Nota:Esta es la tercera vez que subo la historia.ahhh, así que vamos de nuevo.

Flutterina me dejó allí, junto a la secadora, con una copa vacía en la mano.

Yo tenía que volver a la fiesta. Pero me quedé allí, paralizada, pensando:Sal de aquí. No podía girar el pomo de la puerta. Hasta que la puerta se abrió por sí sola. Era Adora. Y detrás de ella, la fiesta bulliciosa e iluminada.

—Catrina , ¿qué estás haciendo?

—¿Cómo me has encontrado?

—Me encontré con Flutterina, y me dijo que podía encontrarte aquí, bebiendo en el lavadero. Creí que era un eufemismo.

—No lo era.

—Ya lo veo.

—¿Te acuestas con mujeres? —le pregunté.

Conmocionada, Adora cerró la puerta.

—¿De qué hablas?

—Flutterina dice que eres lesbiana.

Adora miró por encima de mi hombro.

—¿Qué importa lo que diga Flutterina?

—¿Lo haces?

—¿Ahora vas a dejar de ser mi amiga? ¿De eso se trata?

—No —respondí, meneando la cabeza—. Claro que no. Yo... nunca haría eso. Jamás.

—¿Entonces, por qué me lo preguntas?

—Quiero saberlo, eso es todo.

—¿Por qué?

—¿No te parece que tengo derecho a saberlo?

—Depende.

—¿Entonces lo eres? —insistí.

Adora apoyó una mano en el pomo de la puerta, preparándose para salir.

Instintivamente, me extendí y le sujeté la muñeca.

—¿Qué haces? —preguntó


Me gustó sentir su muñeca en mi mano. Me gustó que su perfume impregnara todo aquel cuartito. Me adelanté y la besé.

No sabía lo que hacía. Y cuando digo eso, me refiero a que no controlaba del todo mis movimientos y no era físicamente consciente de cómo besarla.

¿Debía besarla como besaba a los hombres, o de otra manera? Tampoco entendía el alcance emocional de mis actos. No comprendía del todo lo que significaban ni el riesgo que implicaban.

Yo era una mujer famosa besando a otra mujer famosa en la casa del presidente del mayor estudio de Hollywood, rodeada de productores, estrellas y quizá más de una decena de personas que transmitían cotilleos a la revista Sub Rosa.

Pero, en ese momento, lo único que me importó fue que sus labios eran suaves. Su piel no tenía ninguna aspereza. Lo único que me importó fue que ella también me besó, que apartó la mano de la puerta y la apoyó en mi cintura.

Olía a flores, como a polvo de lilas, y sus labios estaban húmedos. Su aliento era dulce, mezclado con sabor a cigarrillos y crema de menta.

Cuando se apoyó contra mí, cuando nuestros pechos se tocaron y su pelvis rozó la mía, no pude pensar sino en que no era tan distinto, y a la vez, era completamente diferente. Ella tenía protuberancias donde Horde era plano, y era plana donde Horde tenía protuberancias.

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