Brillante Bondadoso y Torturado Bow Scribner Capítulo XXIV

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nota:la historia pertenece a Taylor Jenkins.

Nota:Esta es la tercera vez que subo la historia.ahhh, así que vamos de nuevo.

Me nominaron como mejor actriz por Carolina Sunset.

El único problema fue que ese año también nominaron a Adora.

Llegué a la alfombra roja con Bow. Estábamos comprometidos. Él me
había regalado un anillo de diamantes y esmeraldas. Resaltaba contra el vestido negro bordado con cuentas que me puse esa noche. A los lados de la falda tenía dos tajos que me llegaban hasta la mitad de los muslos. Me encantaba ese vestido.

A todo el mundo le encantaba. He observado que, cuando hacen artículos retrospectivos sobre mi trayectoria, siempre ponen fotos mías con ese vestido.

Me aseguré de que lo incluyeran en la subasta. Creo que podría generar
mucho dinero.

Me alegra que a la gente le guste ese vestido tanto como a mí. Perdí un
Oscar, pero resultó ser una de las mejores noches de mi vida.

Adora llegó justo antes de que empezara el espectáculo. Tenía puesto un vestido celeste sin tirantes con escote corazón. El color de su cabello resaltaba contra el del vestido. Cuando la vi, por primera vez en cinco años, me quedé sin aliento.

Había ido a ver cada una de las películas de Adora, aunque detestaba admitirlo. O sea que sí la había visto.

Pero ningún medio puede captar lo que es estar en presencia de alguien, y mucho menos, de alguien como ella. Alguien que te hace sentir importante tan solo por elegir mirarte.

A sus veintiocho años, tenía algo señorial. Se la veía madura y
distinguida. Parecía la clase de persona que sabía con exactitud quién era.

Se adelantó y tomó el brazo de Sea Hank.Hank, con un esmoquin
que parecía tirante a la altura de sus hombros anchos, era la imagen misma de lo estadounidense. Hacían una pareja estupenda. Por falsa que fuera.

-Catra, no los mires tanto -dijo Bow, mientras me empujaba hacia la
entrada del teatro.

-Lo siento -respondí-. Gracias.

Al llegar a nuestras butacas, sonreímos y saludamos a todos los que nos rodeaban. Lonnie y Rogelio estaban algunas filas más atrás, y los saludé con gesto amable, consciente de que la gente nos observaba y que, si me acercaba a darles un abrazo, podía crear confusión.

Cuando nos sentamos, Bow dijo:

-Si ganas, ¿hablarás con ella?

Reí.

-¿Para restregárselo en la cara?

-No, pero te daría la ventaja que tanto pareces querer.

-Ella me dejó.-Cuestione.

-Tú te acostaste con otro.

-Por ella.

Bow me miró con el ceño fruncido como si yo no lo entendiera.

-Está bien, si gano, hablaré con ella.

-Gracias.-Dijo con una sonrisa.

-¿Por qué me das las gracias?

-Porque quiero que seas feliz, y parece que tengo que recompensarte por hacer lo que te favorece.

-Bueno, pero si gana ella, no pienso dirigirle la palabra.-Sentencie.

-Si gana ella -dijo Bow con delicadeza-, lo que no es muy probable,y se acerca a hablarte, no voy a dejar que te levantes y voy a obligarte a escucharla y a responderle.

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