Astuto Rogelio North Capítulo XXIII

17 5 0
                                    

nota:la historia pertenece a Taylor Jenkins.

Nota:Esta es la tercera vez que subo la historia.ahhh, así que vamos de nuevo.

Me senté junto al teléfono en mi estudio. Me aseguré de que la puerta
estuviera cerrada. Y marqué su número.

—Flutterina, soy Catrina , y necesito un favor —dije en cuanto atendió.

—Cuenta conmigo —respondió de inmediato.

—Necesito que des un aviso a algunos fotógrafos. Diles que me viste muy acaramelada en un coche, por la zona de Trousdale Estates.

—¿Qué? —dijo Flutterina,riendo—. Catrina , ¿qué te traes entre manos?

—No te preocupes por eso. Tú ya tienes suficiente.

—¿Significa que Rogelio está por quedar soltero otra vez? —preguntó.

—¿No te cansaste de mis sobras?—Cuestione.

—Querida, Horde me buscó a mí.

—Seguro que sí.—Dije con ironía.

—Lo menos que podrías haber hecho era prevenirme —me recriminó.

—Tú sabías lo que estaba haciendo a espaldas mías —le recordé—. ¿Por
qué pensaste que contigo sería diferente?

—No me refiero a los engaños,Catra.

Entonces comprendí que a ella también la había golpeado.

Me quedé momentáneamente sin palabras.

—¿Ahora estás bien? —le pregunté al cabo de un momento—. ¿Pudiste
salir?

—Nuestro divorcio es definitivo. Me mudaré a la playa, acabo de comprar una casa en Santa Mónica.

—¿No crees que intentará perjudicarte?

—Lo intentó —respondió Flutterina—. Pero no lo conseguirá. Sus últimas tres películas apenas cubrieron los gastos. No lo nominaron por The Night Hunter
como todos pensaban. Está en decadencia. Pronto será tan inofensivo como un gato sin garras.

Sentí pena por él, en cierto modo, mientras enroscaba el cable del teléfono con la mano. Pero mucha más pena me daba ella.

—¿Te hizo mucho daño,Flutterina?

—Nada que no pudiera disimular con maquillaje y mangas largas.

El modo en que lo dijo, el orgullo en su voz, como si el hecho de admitir
que le dolía fuera una vulnerabilidad que no estaba dispuesta a aceptar, me
entristeció. Por ella, y porque yo había hecho lo mismo tantos años atrás.

—Tienes que venir a cenar uno de estos días —le dije.

—No, no hagamos eso, Catrina —respondió—. Pasamos juntas por
demasiadas cosas como para que seamos falsas ahora.

Me reí.

—Está bien.

—¿Quieres que mañana llame a alguien en particular? ¿O a cualquiera que esté abierto a recibir avisos?

—Llama a cualquiera que sea poderoso. Cualquiera que esté deseando ganar dinero con mi ruina.

—Bueno, eso describe a todos —acotó Flutterina—. Sin ánimo de ofender.

—No me ofendes.

—Eres demasiado famosa —dijo—. Demasiados éxitos, demasiados
maridos apuestos. Todos queremos bajarte ya de un tiro.

The lucky oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora