Afable Adam Stevenson Capítulo XLI

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Now This

8 de enero de 1990

UNA SÉPTIMA BODA PARA CATRINA CASTILLO

Catrina Castillo se casó el sábado con el financiero Adam Stevenson. Es la séptima vez que ella da el sí, pero para Adam es la primera.

Si el nombre de él les resulta familiar, será porque Catrina no es el único personaje de la realeza de Hollywood con quien está relacionado. Stevenson es el hermano mayor de Adora Grayskull. Parece ser que se conocieron hace apenas dos meses, en una fiesta de Adora, y que fueron enamorándose desde entonces.

La ceremonia se llevó a cabo en el juzgado de Beverly Hills. Catrina tenía un traje color crema. Adam estaba muy elegante con un traje a rayas. La hija de Catrina con el fallecido Bow Scribner, Finn Scribner, fue la dama de honor.

Poco después, los tres se fueron de viaje a España. Suponemos que fueron a visitar a Adora, que hace poco compró una propiedad en la costa sur.

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En las playas rocosas de Aldiz, Finn volvió a la vida. Fue un proceso lento pero constante, como el brotar de una semilla.Le gustaba jugar al Scrabble con Adora. Tal como lo había prometido, cenaba conmigo todas las noches, y a veces hasta bajaba temprano a la cocina para ayudarme a preparar tortillas o el caldo gallego de mi madre.

Pero la compañía que más buscaba era la de Adam.

Adam, alto y desgarbado, con una ligera barriga cervecera y cabello gris, al principio no tenía idea de qué hacer con una adolescente. Creo que Finn lo intimidaba. Él no sabía bien qué decir. Entonces le daba su espacio, quizá demasiado.

Era Finn quien lo buscaba, le pedía que le enseñara a jugar al póker o sobre finanzas, le preguntaba si quería ir de pesca.

Adam nunca reemplazó a Bow. Nadie podía ocupar su lugar. Pero sí aliviaba un poco el dolor. Finn le pedía su opinión sobre los chicos. Se tomaba el tiempo para elegir el jersey perfecto para el cumpleaños de él.

Él le pintó el dormitorio. Los finales de semana, le preparaba sus costillitas preferidas a la barbacoa.

Y, poco a poco, Finn empezó a confiar en que el mundo era un lugar razonablemente seguro para abrir su corazón. Yo sabía que la herida que le había provocado la muerte de su padre no sanaría nunca del todo, que durante sus años en el instituto se le fue formando una cicatriz. 

Pero la vi dejar atrás las fiestas alocadas. La vi empezar a obtener buenas calificaciones. Y más tarde, cuando logró entrar a Stanford, la miré y me di cuenta de que tenía una hija con los pies bien plantados sobre la tierra y la cabeza bien puesta sobre los hombros.

La víspera del día en que ella y yo viajaríamos para llevarla a la universidad, Adora, Adam y yo llevamos a Finn a cenar afuera. Estábamos en un restaurante pequeñito sobre el agua. Adam le había comprado un regalo y lo había envuelto. Era un juego de póker. Le dijo:

—Quítales el dinero a todos, como vienes quitándome el mío con todas esas escaleras.

—Y después tú puedes ayudarme a invertirlo —respondió ella, con una sonrisa pícara.

—Así se habla —dijo Adam.

Adam siempre decía que se había casado conmigo porque era capaz de hacer cualquier cosa por Adora. Pero yo creo que lo hizo, al menos en parte,porque le dio la oportunidad de tener una familia. Él nunca iba a sentar cabeza con una sola mujer. Y resultó que las españolas estaban tan encantadas con él como lo habían estado las estadounidenses. Pero este sistema, esta familia, era algo de lo que él podía formar parte, y creo que lo sabía cuando aceptó el trato.

The lucky oneWo Geschichten leben. Entdecke jetzt