Capitulo 6

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LA AGOTADORA REALIDAD DE LA TRANSMIGRACIÓN A NOVELAS - NOVELA - CAPITULO 06

Capítulo 6


Cicatriz... va a quedar una cicatriz en la cara de mi hermana… —Alicia sollozaba incontroladamente mientras decía repetidamente.

Sólo entonces recordé la sensación de escozor en mi mejilla. Antes, mientras me agitaba, Katie me había arañado la cara con sus largas uñas.

—. . . Já. —Esta vez, no pude resistir el impulso de soltar una risa vacía.

¿Estás llorando tanto sólo por un pequeño rasguño? Tienes heridas mucho peores, ¿pero continúas llorando por mí?

Sé que eres amable, pero es casi como si tu corazón estuviera hecho de gelatina.

Al ver la reacción exagerada de esta niña, cualquiera podría confundir su sinceridad con algo que roza el sarcasmo, pero eso sería ridículo.

—Estás llorando demasiado.

—¿Eh?

—Le pediré a Marie que me traiga una medicina.

—Pero… 

Levanté una mano para acariciar la mejilla de Alicia. Tan pronto como lo hice, fluyeron más lágrimas.

—Así que no llores.

Qué llorona era esta niña. Ya había visto qué tipo de vida le esperaba, así que ella debería guardar sus lágrimas para el futuro.

Alicia me miró sin decir nada, incluso cuando retiré mi mano. Pero, en el momento en que estaba a punto de apartarme de ella, se apresuró a agarrar el extremo de mi manga.

—¡Hermana! —exclamó Alicia con una voz inusualmente aguda. Incluso cuando dirigí una mirada punzante hacia la manga que ella apretaba, continuó: —La cena... Vamos a cenar juntas.

Una cena. Era una petición sencilla, pero lo suficientemente efectiva como para detenerme en seco. Sinceramente, no estaba pensando en la comida en sí. Sabía muy bien lo tedioso que sería, pero había algo que quería confirmar.

—Claro.

Después de dar una corta respuesta, me di la vuelta y avancé. Sin embargo, la mano que se aferraba a mi manga no me soltó. Disminuí mi ritmo ante esto, pero antes de darme cuenta, los pasos detrás de mí se detuvieron. Esto se debía a que había otra persona que se acercaba rápidamente a nosotras.

Puede que hoy no fuera un buen día para cenar juntas.

—Alicia.

Era un tono amistoso, pero en cuanto el dueño de la voz me vio, su expresión se endureció.

Un hombre alto con el pelo plateado y los ojos dorados como los míos, los rasgos distintivos de los descendientes de esta familia.

Damian Valentine, heredero del Ducado Valentine.

Él era el verdadero hermano de Alicia, y mi medio hermano.

A primera vista, cualquiera se sorprendería del parecido entre Rosetta y Damian: Podría ser por la frialdad de su exterior, o porque ambos eran altos, o tal vez por su coloración similar, pero cualquiera con ojos funcionales confundiría a Rosetta (y no a Alicia) como la verdadera hermana menor de Damian. Sin embargo, este parecido no servía de nada. Las apariencias superficiales tenían un límite. Más bien, el hecho de que nos pareciéramos tanto hacía que la situación fuera aún peor. Por mucho que nos pareciéramos, nunca podríamos ser una verdadera familia.

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