Capitulo 22

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LA AGOTADORA REALIDAD DE LA TRANSMIGRACIÓN A NOVELAS - NOVELA - CAPITULO 22

• Capítulo 22


Los pasos de Cassion se detuvieron.

Esta ya era la tercera vez. Sin importaba quién se acercara a él a una distancia de diez pasos, su corazón parecía caer al suelo, por lo que naturalmente dejaba de caminar. Su ansiedad le impedía dar más pasos.

El planificado accidente de carruaje… Él era una víctima que sobrevivió.

Era la primera vez que sentía claramente la muerte, por lo que todos los que pasaban a su lado eran sospechosos a sus ojos. Tenía miedo de que hubiera gente siguiéndolo porque desapareció del lugar del accidente.

Derribar el carruaje en el que viajaba por un acantilado era incomparable a tan sólo empujarlo por las escaleras como en ese entonces, por eso se sentía increíblemente ansioso de que alguien le persiguiera para terminar el trabajo.

Si volvía a casa sano y salvo, podría salvarse por un tiempo. Una vez que Leo y su madre habían hecho algo, normalmente se tomaban un tiempo para ejecutar su siguiente plan.

Sabiendo que esta vez habían recibido la ayuda de la princesa del Ducado de Valentine, se sentirían más tranquilos por el momento. Sin embargo, si se encontraba con la persona que acabaría con él antes de llegar a casa…

“Estaré muerto en el acto”. Cassion, que había pensado hasta este punto, sopesó esto en su mente.

Sentía que su corazón se iba a detener porque no dejaba de golpear su pecho. Miedo, rabia… sentimientos que lo llenaban y que parecían estrangularlo. Sólo esconderse bajo la capucha de su capa tenía sus límites.

Huu. Con un profundo suspiro, Cassion se volvió hacia el callejón sin dudarlo. “Dejemos de caminar por el camino principal”. El callejón estaba envuelto en la "oscuridad" que él deseaba.

Ya sabía en qué dirección debía ir, así que pensó que sería mejor caminar por el callejón donde no había gente. Si alguien miraba hacia ese lugar, naturalmente pensaría que el callejón tranquilo y sin luz era mucho más peligroso.

Desgraciadamente, su corazón palpitante se vio realmente afectado por el accidente ya previsto. Tenía miedo de toparse con la gente, así que decidió evitarla.

¿Qué diferencia habría con jugar al escondite con los ojos tapados?

Y, sin embargo... Cassion se dio cuenta tardíamente de que había juzgado mal la situación. Se dio cuenta de ello cuando la gente salió de la oscuridad mientras él caminaba por el callejón.

Había dos personas en el sinuoso camino. Ambos eran hombres, y sus rostros estaban rojos, pareciendo que estaban muy borrachos.

Al ver de repente a la gente en el camino que tenía que tomar, Cassion se ajustó la capucha sobre la cabeza automáticamente. Intentó contener la respiración y confundirse con las sombras, pero que lo intentara no significaba que tuviera éxito.

Los borrachos se fijaron en Cassion. Él no estableció contacto visual con los hombres, pero Cassion sintió que uno de ellos lo miraba.

Hipo. El sonido del hipo del hombre resonó a lo largo del estrecho callejón.

—¿Eh? Nunca había visto tu cara. No, espera, ni siquiera puedo ver tu cara.

A pesar de estar a pocos pasos de distancia, el hedor a alcohol flotaba en la boca abierta del hombre. Cassion fingió no oír nada y siguió caminando.

—¡Oye! ¿A dónde vas? ¿Me estás ignorando?

Oyó la voz indignada detrás de él, pero continuó sus pasos como si no hubiera nadie.

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