Capitulo 9

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LA AGOTADORA REALIDAD DE LA TRANSMIGRACIÓN A NOVELA -
NOVELA - CAPITULO 09

Capítulo 9

Más allá de las ventanas del largo pasillo se veía el cielo gris.

¿Cuánto tiempo había pasado? Rápidamente empezaron a caer gotas de lluvia desde las pesadas nubes. El sonido de la lluvia llenó el silencioso pasillo y acalló el sonido de los pasos. Era el clima perfecto para que ocurriera algo.

Rosetta se detuvo un momento y se quedó mirando la lluvia que caía en cascada sobre el paisaje.

—¿Está segura de que estará bien, Milady? —preguntó Marie, nerviosa, mientras caminaba detrás de Rosetta.

Desde esta mañana, la doncella parecía tener el estómago revuelto. Pero, por supuesto, sí hay algo por lo que debería preocuparse. Por fin se dio cuenta de que la persona a la que servía desde hacía siete años era, en efecto, su maestra. Hace apenas unos días, todavía dudaba en mostrar su lealtad. Aun así, eso no era problema de Rosetta.

—¿Por qué? Si no estoy bien, ¿volverás a pegarte a Katie? —Le preguntó con una sonrisa benévola.

—No, en absoluto. Ese no es el caso, Milady. —Respondió la criada, agitando las manos con fiereza al principio, pero bajándolas cortésmente para inclinar la cabeza. Después de eso, se hizo el silencio.

La lluvia golpeaba ruidosamente el pavimento y, en medio de ella, se escuchaban pasos silenciosos.

El cuchillo ya estaba desenvainado.

* * *

—Es como un sueño para mí que estés en mi habitación.

Fue a la habitación de Alicia a donde llevaron los pasos de las dos personas. Mientras tomaba té en su habitación, Alicia recibió a los dos con entusiasmo a pesar de su repentina visita. Más concretamente, era debido a su hermana mayor.

El tiempo antes de la clase solía ser siempre un momento doloroso para ella. La tensión era demasiado para que ella pudiera soportarla y siempre temía lo que pudiera pasar en el futuro.

No podía respirar sin el té y hoy no era diferente. Su corazón estaba a punto de salirse del pecho por la forma en que palpitaba a causa del estrés. Pero extrañamente, en cuanto vio la cara de Rosetta, su corazón se calmó… 

—¿Por qué has venido a mi habitación, hermana?

Rosetta miró a Alicia en silencio, y de pronto hizo una pregunta en lugar de responder la suya.

—No te gustan los lugares oscuros, ¿verdad?

“...¿Qué?” Alicia me miró boquiabierta, abriendo mucho los ojos.

—¿Qué? Sí, no me gustan, pero… 

—¿Te dan miedo los lugares estrechos y oscuros?

—No, no hasta ese punto…

Rosetta escuchó en silencio la respuesta de Alicia y se situó junto a una puerta. La habitación de Alicia tenía una estructura similar a la suya, así que tuvo una corazonada sobre lo que había detrás de la puerta.

“Podría ser su vestidor.” Y su corazonada era correcta. La ropa que se alineaba en las paredes hasta el borde le llamó la atención a través de la puerta. Y parecía que el armario tenía el tamaño de una o dos habitaciones. La ventana no era tan grande pero estaba en el segundo piso.

LA AGOTADORA REALIDAD DE LA TRANSMIGRACIÓN A NOVELAS - NOVELA  Where stories live. Discover now