capitulo 15

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LA AGOTADORA REALIDAD DE LA TRANSMIGRACIÓN A NOVELAS - NOVELA
CAPITULo 15

• Capítulo 15

El carruaje rodó por el borde del acantilado. De repente, el caballo se desbocó al oír un extraño sonido, que se produjo al mismo tiempo que el carruaje se dirigía directamente al precipicio.

Confundido y preso del pánico, Cassion se agarró al marco de la ventana y miró hacia fuera. Al primer vistazo por la ventana, sus ojos se encontraron con la mirada asustada del jinete. Fue sólo un segundo. Sí, sólo por una fracción de segundo.

"Esta vez, otra vez."

¡Bang! Su puño golpeó la ventana, los cristales rotos le desgarraron la piel. Y eso fue todo.

Su cuerpo flotó hacia arriba mientras el carruaje descendía a gran velocidad. Era difícil decir cuál era el que iba hacia atrás: si el carruaje, el tiempo o él mismo.

“Ah, me estoy mareando.” Aturdido, pensó en cuándo terminaría esto exactamente.

¡Boom!

Con un fuerte rugido, el carruaje se estrelló contra el suelo. El choque fue tan grande como el sonido del carruaje destrozado.

El hombre fue arrojado hacia otra dirección, su cuerpo, fracturado aquí y allá, no lo podía sentir. Todavía estaba en estado de shock, olvidó cómo se sentía el dolor. Sin embargo, después de un rato…

—Uurk... haa... ugh…

El dolor que comenzó en la punta de los dedos de los pies subió gradualmente hasta su cabeza. La sensación de ardor en todo su cuerpo le impedía respirar, era doloroso incluso inhalar y exhalar, así que aguantó la respiración y luego la escupió de golpe.

A través de su vista distorsionada se veía un cielo rojo. Sus párpados se hundieron lentamente y volvieron a abrirse.

“Ah. ¿Voy a morir aquí?” Al final, era así.

Una ola de frío recorrió su cansado corazón. Tres olas pasaron por su corazón, y lo que le vino a la mente fueron las tres personas en un retrato familiar: Padre. Madrastra. Leo. Una familia en la que no había lugar para él.

Familia.

¿Había alguna otra palabra tan incómoda y desconocida como ésta?

—Ja... jaa… —Una débil carcajada brotó de sus labios.

Es que... su situación era tan divertida que reía en vez de llorar.

* * *

El accidente de hoy ciertamente no era sólo eso.

El jinete desbocado era una prueba de este hecho, pero en el pasado nunca hubo ninguna prueba que conservar. No era la primera vez que le ocurría un accidente inusual.

“Y lo hicieron de nuevo.” Su madrastra y su medio hermano, Leo.

Ellos lo habían amenazado innumerables veces.
Le habían roto los brazos y las piernas innumerables veces.
Él se tambaleó entre la vida y la muerte innumerables veces.

Nunca hubo nadie que le ayudara. La gente del feudo mantenía la boca cerrada a pesar de saber la verdad que estaba ocurriendo delante de sus narices. Con los ojos cerrados, con los oídos tapados; vivían como si no pudieran ver lo que veían, como si no pudieran oír lo que oían.

Incluso su padre era así.

“Si tuvieras alguna habilidad, no te habrías hecho daño.” Era una voz fría y mordaz como el hielo. El desprecio en esos ojos rojos era como veneno.

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