Cinco minutos

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Cuando entramos al helicarrier no ocurrió nada interesante, Steve le dio los diez dólares a Fury y quienes alcanzaron a ver la escena se sacaron de pedo. Habría sido uno de ellos si no habría visto la película en inglés, porque cuando la vi en español, pensé que le estaba pagando su pasaje y yo tipo ¿¿¿???

— Dónde está Stark? — Preguntó ni bien me vio. Era mucho más alto de lo que yo creía.

La voz de Fury hizo que me cagara de miedo y dé un brinco del susto, wtf era muy imponente.

— No lo sé, cuando desperté no estaba, pero dijo que me alcanzaría luego. — Contesté lo más respetuosa posible, no vaya a ser que me desviva ahí mismo.

Se notó el empute de Fury, pero ahí murió la conversación, me dio la espalda y siguió con lo suyo viéndome sumamente mal e ignorándome.

Papá?

Al ser la más joven del lugar, no me prestaron tanta importancia, todos hicieron sus grupitos para halar de los temas importantes referentes a la misión y tenían razón, qué podría hacer yo ahí que sea productivo? Tampoco es como que quisiera andar de productiva, que el resto haga el trabajo y luego me llaman para una misión. En fin, Fury me mandó a volar con un gesto y una agente me dirigió a mi habitación donde ya estaba mi maleta/bolso en medio de todo.

Como estaba muy agotada por haber dormido menos de dos horas la noche anterior no me importó que la cama esté bastante tiesa, parecía que la cama era una extensión de suelo pero no tenía de otra, así que me dormí sin interrupción hasta el medio día pero luego unos guardias vinieron a despertarme como si estuviera en la cárcel: dando golpes fuertes en la puerta que me alarmaron.

— Señorita, la necesitan en la sala de control. — Luego de decirme esto, ambos se fueron sin esperar respuesta. El corazón aún me latía con fuerza por el susto.

Qué castrocitos estaban siendo todos acá. 

Me quité las lagañas de la cara y fui lo más rápido que pude. No quería que me regañen porque sé que me habría puesto a llorar; todos ahí eran muy serios pero no me iban a quitar las ganas de quedarme por tres años con mi doble vida perfecta y yo a veces solía ser extremadamente sensible, no vaya a ser que me afectara tanto como para llorar delante de todos, que vergüenza.
Cuando llegué a la sala de control vi que en la mesa ya estaban ubicados Natasha y Steve. María Hill estaba de pie a un costado.

— Que bueno que llegas, ya íbamos a comenzar la reunión. — Dijo Nat tranquilizándome. Joder, te amo Nat.

— Reunión sobre qué? — Contesté.

— En cuanto demos con la ubicación de Loki, el señor Rogers y la agente Romanoff tienen la misión de capturarlo. — Fury se acercaba lentamente hacia la mesa. — Usted es el refuerzo, lo que significa que debe estar atenta a cualquier alerta. — Recomendó haciendo énfasis en la palabra "atenta". — Dejamos un intercomunicador en su habitación colóqueselo y espere instrucciones

Asentí. Ok, me había dejado claro que no puedo dormir si no es de noche. 

Me dio una última mirada antes de irse a la chingada. Parecía que tuviese algo personal conmigo el hpta. Eso o así era su cara, pero estoy completamente segura de que no era así su rostro. No sabía si enojarme o dejar que mis emociones me dominen.

— No te lo tomes personal, está preocupado al igual que todos.— Dijo Steve.

Ojo, este lee mentes

—Ya comiste algo?— Preguntó Natasha.

Si cierto, tenía hambre. Negué con la cabeza, esperaba que la cena no sea tan desagradable.

Tres vidas (Shifting)Where stories live. Discover now