Desapego

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Luego de la charla nocturna que tuve con Eros y Jason, no volvimos a tocar los temas.
Ambos sabían perfectamente que me incomodaba el hecho de hablar de mis padres o del otro universo, entonces lo dejamos de lado hasta que yo quisiera hablar de ello.

Y por mi parte, no tenía intenciones de hacerlo.

Jay, durante unos días me dejó hacer prácticamente lo que quisiera, si quería cenar algo en específico, lo cumplía; me llevaba a mis lugares favoritos; compró muchísimas más plantas; aproveché ese humor para exigirle que me quitara el rastreador lo cual hizo con duda, resulta que el malparido me lo puso en el callejón el día que llegué y tuvo que llevarme al hospital. Incluso me dejaba usar su ropa, cosa que le molestó bastante antes de que conociera a mis padres.

Todas sus playeras estaban impregnadas con el perfume y quién soy yo para rechazar ese regalo del universo.

— Por mucho que me guste verte con mis playeras puestas, no tienes tu propia ropa? — Preguntó un día mientras me paseaba con una camiseta roja que me quedaba enorme, pero a él le hacía justa.

— Sí tengo. — Respondí y me levanté la playera dejando ver unos pantalones cortos.

— No es lo que quise dec- — Suspiró. — Estelle, pienso tirar el perfume.

— Qué? — Pregunté casi a gritos.

— No creas que no noté el hecho de que usas mi ropa por el perfume. — Abrí los ojos en par, ya me descubrieron. — Sí, debería tirarlo. Así tendré mi ropa de regreso.

— Jason Peter Todd, te atreves a deshacerte de ese perfume y te juro que te dejo.

— Tarde, lo tiré hace dos días.

Me quedé tiesa.

— Ahora, vas a dejarme o...

— Cállate. — Respondí tratando de no reír al verlo tan odioso. — Y ten por seguro que no tendrás tus camisetas de regreso.

Jason no me tomó en serio en ese momento, pero cambió de opinión cuando vio que toda la ropa que le quité había desaparecido y se la pasó pidiéndolas de regreso por semanas.

La escondí en un cajón con seguro al cual solo yo tenía acceso.💋

Tiempo después de la bromita de esconderle algo de su ropa, mis padres me dieron el espacio que quería o al menos el que necesitaba porque nunca hablamos de espacio; ninguno me buscó o al menos ninguno se acercó. Lo digo de este modo porque en los dos años que estuve con Jay, él me enseñó a identificar cuando alguien me seguía y en efecto, ambos lo hacían de vez en cuando desde las alturas y yo me hacía a la distraída.

También los escuchaba conversar a lo lejos.

— Ese no era uno de los chicos de Batman? — Preguntaba Diana un día que caminaba con Jay por la ciudad de la mano.

— Jason era su nombre, creí que el Guasón lo mató.

— Hay muchas leyendas de aguas que devuelven a los muertos.

— No me gusta, es un asesino. 

— No podemos interferir Clark, es su vida.

Sí, y de igual forma soy adulta y no quiero verlos, so...

Tres vidas (Shifting)Where stories live. Discover now