Conversación

510 83 21
                                    

Pasó un mes desde que inicié la gira, me hice más cercana al equipo y a la banda de australianos de la que era fan desde chica. Por otra parte, Ethan a veces se portaba un tanto raro conmigo y me asustaba; me preocupaba el hecho de que empiece a indagar en el asunto de saber demás, no quería que se enterara de nada, sería extremadamente raro. Obviamente pensaba contarle todo en algún momento, cuando le tuviese más confianza, pero aún no era el tiempo.

De igual forma seguía siendo atento conmigo como de costumbre, lo único que me incomodaba era el hecho de que me analizara a profundidad cuando mencionaba cosas raras a la época como Tik Tok, o artistas que aún eran unos niños, como Conan Gray o Tate McRae; entre otras cosas. 

Como sea, las fiestas obviamente continuaron, a veces sólo éramos Ethan, Ashton y yo en los clubes privados por ser mayores de edad; en esos lugares conocí a muchas personas, pero sinceramente, olvidé sus nombres puesto que era tantas que era imposible recordarlas. Ashton y yo nos habíamos hecho más cercanos pero internamente seguía gritando y empezaba a recordar por qué me gustaba tanto en esa época. Aclaro "en esa época" porque actualmente no siento interés por él. Ya no soy una huevona. 

Desde la primera fiesta de la gira no volví a beber como esa vez, de hecho sólo probaba un vaso y a dormir. No quería terminar como la última vez y delatarme por completo o hablar de quiénes morirían más adelante para luego quedar como una loca.

La mamá Liz se convirtió en una figura materna de todos allí, Tony me llamaba de vez en cuando para saber de mi, cada que pasaba Ethan corría en dirección al teléfono para saludarlo y molestarlo. Aunque no se notaba, ambos se querían bastante. Tony me comentó que empezó a asistir a terapia luego de poner en peligro a Pepper y tras haber destruido todas las armaduras creadas a causa del trauma desarrollado en la batalla de Nueva York, ya saben, los eventos de Iron Man 3. En ese momento quise ayudar en cuanto vi las noticias pero no me dejó, según porque sería muy sospechoso que esté cerca de él como heroína y pondría en riesgo mi identidad secreta.

Debido a tantos viajes y fiestas, la mayoría se encontraban agotados como para salir a conocer cada ciudad que visitábamos. Nuestra rutina se basaba en marcar escenario, dormir durante el día, concierto y after porque éramos adolescentes sin la supervisión de sus padres.

Para esta fecha nos encontrábamos de vuelta en Londres, ese día me encaminé a la terraza, necesitaba aire fresco y para mi sorpresa Ethan se encontraba ahí, él aún no se percataba de mi presencia. Estaba hablando con alguien que no alcancé a ver pero se trataba de una mujer adulta.

— Mantente lejos de mí y mis amigos, lo que buscas ya no existe; y si no quieres que le diga a él que estuviste aquí, más vale que te largues. Esa cosa se destruyó hace años cuando te deshiciste sólo por que te apeteció.

— Estoy segura de que esa cosa está de vuelta; puedo sentirlo y tú apestas a eso. Sé que lo estás protegiendo y averiguaré quién es. — Espetó la voz femenina con repudio. — Si me entero que me estás mintiendo y estás protegiendo esa arma no tendré piedad contigo, ni con esa cosa.

— Si te amenaza tanto, crea tu defensa y déjame en paz.— Respondió él con rabia.— ¿O es que sólo hablas  por hablar?

— Oh, lo haré, créeme; ya me deshice una vez de ese adefesio y puedo hacerlo las veces que quiera. — Escuché pasos alejándose. — Y cuida tu tono conmigo niño, que no se te olvide tu posición, arquerito.

No sabía si meterme en ese momento y averiguar con quién hablaba o si respetar la conversación. Le estaban hablando muy feo al niño y mis instintos me pedían a gritos que salga y defienda con todo mi ser a Ethan. Lamentablemente no tenía idea de lo que me enfrentaría por lo que me di por vencida. No quería empeorar nada por mi paranoia.

Tres vidas (Shifting)Where stories live. Discover now