Memoria

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Después de que Jason me confesara quién era realmente, se desmayó el muy pelotudo. 

Yo no sabía como sentirme exactamente, quiero decir, se me hacía un poco obvio mientras más lo pensaba pero la persona que era James y el mamoncillo con actitud de estreñido eran muy diferentes. 

Sin mencionar que James no me agarraba a putazos en callejones oscuros cada que me veía.

Me paseé por el departamento pensando a mil qué era lo que tenía que hacer, limpié tanto como pude las manchas de sangre que estaban regadas desde la ventana hasta el sofá pero en mi paranoia sentía que aun quedaban restos y que podría ser descubierta en cualquier momento.
Para suerte mía el sofá era de cuero y no de tela porque si no iba a ser peor limpiar ese cagadero. Todo se veía normal nuevamente y llené el salón entero con ambientador en caso de que aún apestara a sangre.

Le cambié los vendajes a Jason y lo cargué para llevarlo hasta la cama aún desmayado, porque era complicado cuidarlo en ese sofá, el tipo estaba tan mamado que con suerte cabía en el sofá y la cama era de dos plazas.
Obviamente no iba a arriesgarme de que el malparido manche mi cama con sangre y puse un plástico debajo de las sábanas antes de moverlo.

Como a los perros KJAJKSSAKJAJK

Mientras él estaba inconsciente, traté de limpiar la sangre seca de su cara con un paño húmedo limpiando incluso la pintura negra que usaba alrededor de sus ojos antes de colocarse el antifaz (como en The Batman), eso fue así hasta que despertó y tomó con fuerza la muñeca que se acercaba a sus ojos.

— Idiota! Ya no tienes el antifaz puesto! — Reclamé mientras me frotaba la mano por el dolor.

Jason me soltó de inmediato y miró hacia el techo. — Dónde estoy?

— En mi habitación, y olvidaste decir: "Hey Star, perdón por lastimarte es que soy un imbécil que no tiene modales y tiene un palo metido en el culo".

— Por qué no me dejaste donde estaba antes?

— Porque cualquiera podría entrar en cualquier momento y no quiero problemas, aprecio mi vida. Por cierto, más vale que sepas cómo quitar manchas de sangre para que no se vean con la luz ultravioleta porque la sala es un desastre si la revisan.

Jason no respondió, sin embargo comenzó a repasar toda mi habitación y luego su vista quedó fija en la mesita de noche donde estaba mi teléfono, lo tomó y lo revisó como si fuera suyo, cuando traté que quitárselo Jason estiró una mano evitando mi alcance.

— Oye imbécil, nunca te enseñaron a-

— Dick te llamó. — Interrumpió él mientras continuaba inspeccionando. — Sabe donde vives?

— No que yo sepa, de igual forma es imposible que le permitan entrar, el edificio entero está armado.

Asintió en respuesta dejando el teléfono a un lado. — Entonces siguen juntos eh?

— Y a ti que te importa si sigo con él o no?

— Necesito hacer una llamada. — Cambió de tema sin que me diera cuenta.

— Pues hazla. — Respondí mientras preparaba medicamentos.

— En privado.

Volteé los ojos y dejé que hiciera la llamada, iba a dirigirme a la cocina porque moría de hambre pero en ese momento tocaron la puerta del departamento junto con el timbre.

Volteé los ojos y dejé que hiciera la llamada, iba a dirigirme a la cocina porque moría de hambre pero en ese momento tocaron la puerta del departamento junto con el timbre

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Tres vidas (Shifting)Where stories live. Discover now