Encerrada

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Cuando desperté me encontraba en una camilla con demasiadas luces apuntándome las cuales me dejaban ciega; con ello entendí que estaba en la enfermería de la torre.

Cuando enfoqué mejor la vista no había nadie a mi alrededor, pero noté que a un costado, en un recipiente se hallaban múltiples agujas rotas amontonadas junto con bolsas de suero que no podían ser utilizadas.
Asumí que trataron de usarlas en mi.

Cuando salí del lugar en busca de quien sea que pudiera explicarme lo que ocurría, me encontré con Bruce, quien estaba de camino al lugar donde me encontraba.

— ¿Qué haces aquí? Deberías estar reposando! — Me regañó como un buen señor con instinto paternal.

— Estoy bien, no te preocupes.

— Eso no lo sabemos aún, vuelve al laboratorio, voy a revisarte. — Ordenó con voz grave y yo obedecí.

En la habitación, me senté de vuelta en la camilla y él comenzó a hacer su trabajo, y dejándome ciega nuevamente al apuntarme con su linterna directo en los ojos.

— Parece que todo está en orden... — Respondió entre murmuros.

— Te dije.

— Pero tienes un caso muy grave de deshidratación.

— Sí, no se me pasa, he estado comiendo en exceso y bebiendo demasiada agua, pero nunca es suficiente. — Respondí, eso me estaba frustrando demasiado. Se supone que la comida que duraría una semana en casa, duraba un día.

— Haremos algunos análisis más y te daremos algún tratamiento... De preferencia no salgas de la torre. Es mejor que estés a salvo y evitemos este tipo de situaciones. No creo que te agrade la idea de terminar en un hospital común en el que los doctores descubran quién eres.

— ¿Si sabes que debo viajar a Australia la siguiente semana no?

— Como no saberlo, está en todos los periódicos. — Contestó algo cansado.

— Te quedarás hasta que tú estés completamente bien. No está a discusión. — Anunció Tony ingresando a la sala médica con una bolsa de dulces que me entregó.

— Per- — Respondí inmediatamente pero me interrumpió más de una vez.

— NO

— Ton-

- Fin de la discusión.

Bufé. No suelo tener paciencia, entonces me callé para no terminar haciendo un berrinche delante de todos.

Y en efecto... no me dejaron volver en una semana, ni en dos. Me quedé hasta que faltó una semana para la última gira con 5 Seconds of Summer como teloneros.

Estuve casi tres meses sin verlos. Tener dos vidas no es bonito.

 Tener dos vidas no es bonito

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Tres vidas (Shifting)Where stories live. Discover now