XI

306 49 1
                                    

Reconocer

Él sonrió por el compromiso que tenía, pegó sus manos y se sentó derecho para contar una larga e importante historia.

—Hay un alfa el cual quiere destronarme y quedarse con mi manada, ya lo ha intentado un par de veces, sin lograrlo, pero esta vez es peor, descubrió que pasando un portal tridimensional hay un ser capaz de brindarle lo que él busca, la victoria. No podía permitirme que te encontrara y te usará para su beneficio, eso no era correcto, por eso me tomé la tarea de buscar lo que él quiere y te encontré, por eso estás aquí —. Terminó su explicación y todas sus palabras fueron incoherentes para Violet

—¿Qué necesidad había de matar a mi familia? ¿Tenías que ordenar que los mataran a todos? —inquirió

—No había necesidad, pero mis lobos se protegieron de lo que tu familia estaba a punto de hacer, si ellos morían lo más probable es que tú no estarías aquí. Estarías en un lugar peor y lleno de oscuridad. Aquí duermen cómodamente en una habitación lujosa, en la manada enemiga, dormirías en las celdas subterráneas, llena de oscuridad y suciedad, sin poder ver la luz del sol —habló y la expresión de la chica y la suya estaban más que serias, no habían emociones y eso solo llenó la habitación de un silencio incómodo

Bajo la cabeza con el ceño fruncido, sus ojos brillaron tornándose de un ligero color rojo que era casi imposible de ver, esto atrajo la curiosidad del alfa.

—Sé que debes estar confundida por todo esto, pero podemos empezar de otro modo. ¿Cómo te llamas? —su voz produjo que levantara la cabeza y sus ojos se encontraran con los suyos

—Violet —respondió fría

—Violet ¿cómo las flores? —inquirió divertido

—Sí, así mismo -contestó sin mucho interés

—De acuerdo Violet, mi nombre es Duncan —. Se presentó, estiró su mano para que ella la tomara

Apretando sus manos.

Ella alcanzó su mano y la apretó, hizo movimientos de arriba abajo, él sonreía amablemente y su tacto era cálido, era como ver un pequeño rayo de sol.

Se soltó de su agarre, fijándose en sus garras, pensando y recordando a los lobos, que en su mente pensaban que sólo las dejaba al descubierto cuando estaban a punto de cazar.

Se quedó admirando aquellas garras que una vez vio cortando carne. Duncan entendió su interés y en un momento rápido sus garras se hicieron más largas y filosas, asustando a Violet.

Un sonido se escapó de sus labios retirando su mano del agarre del alfa.

Lo escuchó reír en voz baja y eso le molestó.

—No te asustes, me di cuenta que estabas mirando mucho mi mano y me llamó la atención. Dime, ¿te gustan las cosas grandes? —, lo hizo sonar perverso

—Eso depende el contexto -respondió lo más seria posible para demostrar la autoridad y el autocontrol que tenía en ese momento, como también mostrar el poco interés

La habitación se volvió silenciosa y levantándose de su silla le extendió la mano a Violet quien la observó con desconfianza, no quería tomarla.

Una maldición de sangre y dolor Where stories live. Discover now