XXXVIII

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Cuestionamiento

Sus mejillas se sonrojaron al ver al alfa,  pero desvió su mirada para seguir contemplando la habitación.

Darko rió en voz baja perdiendo su figura con una cortina blanca que conectaba con otra habitación. 

Violet cerró los ojos saliendo de la habitación al balcón, la luna ya no se veía, las nubes eran espesas y eso evitaba que las estrellas nacieran en el cielo.

Analizó la marca en su brazo, entendía  el origen de su tatuaje como el interés que Duncan sentía por ella. Había imaginado cualquier cosa del alfa, menos lo que le hizo a Crista, lo que le preparaba con él, para al final terminar en un lugar peor.

La frustración tocaba su corazón, su cabello se movía gracias al viento nocturno que la envolvía esa noche, el frío extenso que la atrapaba no le gustaba.

Entró a la habitación abrazándose, sus ojos se vieron atraídos por su reflejo que pintaba a una mujer diferente; se acercó con miedo al ver su rostro gritando con fuerza.

Darko salió del cuarto de baño al escuchar su grito alarmado, vio a la humana tendida en el suelo con el cabello en la cara y sus manos cubriendo sus ojos.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué gritaste? —inquirió el alfa tomándola del brazo para que se levantara y le explicara

Se negó al tacto del alfa empujando su brazo para que fuera soltado, su cabeza permanecía baja. 

—Ahora que, ¿descubriste algo? —Darko  con los brazos cruzados le dedicó una mirada fulminante

—Mis ojos, ¿Por qué mis ojos son rojos? Parezco un demonio, me parezco a Azrael —declaró ante él con el ceño doblado

—¿Qué? ¿No lo sabías? —inquirió con sarcasmo

—¡No idiota!, mis ojos no eran así, primero mi cabello y ahora mis ojos. Estoy jodida —se lamentaba en todo momento mientras su cuerpo se encogía en el suelo

—Es una lástima, pero si lo pensamos dos veces estás jodida desde que naciste. No sé, piénsalo pero no lo hagas aquí —la tomó de ambos brazos ayudándola a levantarse

Sus pies tocaron el suelo y las manos del alfa no dejaba de tocarla.

—Tú y yo estamos jodidos amigo mío —al decir esas palabras fue soltada y vista con curiosidad de parte del alfa

—¿Cómo que “estamos”?

—Sí, tú necesitas matarme y yo podría matarte, sí intentaras asesinarme —contestó Violet

Darko apenas y soltó una carcajada

—¿Crees que puedes matarme? Que tierna, además, te perdone la vida ya estas libre de mi parte —respondió con la sonrisa que Violet necesitaba

—sigue riéndote, quien ríe de último ríe mejor, no olvides que estuve apunto de matarte hoy —diciendo eso la sonrisa del alfa desapareció, pero al momento la de ella también se desvaneció —,aun no entiendo por qué me perdonarte la vida. ¿Fue la unión?

Él negó con la cabeza

—No, eso jamás sería un inconveniente para mi decisión. Pero para que te hagas una idea de la verdadera razón, bueno odio lastimar a seres más débiles que yo —contestó Darko

Se quedó callada ante sus palabras, no quería seguir haciendo preguntas por primera vez en mucho tiempo, además de todo lo que pasaron en la noche,fue más que suficiente para quedarse callada.

Desinteresado por la humana, fue a su cama para acostarse, sentándose a un lado esperando que ella hiciera algo similar; sin embargo, permaneció quieta en aquel lugar.

Una maldición de sangre y dolor Where stories live. Discover now