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Madre

Abrió los ojos con lentitud, la ira que recorre sus venas es expresada en su rostro, la confusión es lo mínimo que siente y las ganas de irse la gobiernan.

Ya no quería estar allí, no quería estar en esa manada, deseaba irse de aquel lugar pero a dónde, ¿cómo se puede sobrevivir en un lugar desconocido?

Adara estaba sentada en un sofá cerca de la cama, la vio levantarse con curiosidad acercándose a ella, tomando su hombro con confianza.

—Vamos a dormir

—¿Me dejará sola? —preguntó con miedo

—No, estaré aquí, estaré aquí contigo hasta el amanecer —comentó y confinado en la loba se dispuso a descansar

Deseaba no volver a soñar eso y con miedo a cerrar los ojos esperó hasta que se cerraran por sí solos.

En la mañana todos hicieron sus suposiciones sobre lo que había pasado en la madrugada, habían escuchado el grito y los lobos sabían de qué se trataba

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En la mañana todos hicieron sus suposiciones sobre lo que había pasado en la madrugada, habían escuchado el grito y los lobos sabían de qué se trataba.

Ellos sabían que Violet pertenecía a una rama de lobos malditos, por eso Duncan la tenía en su castillo.

Temían al tenerla pero debían fingir para que el alfa no se enojara, pero entre todos ellos había un solo lobo de su manada que estaba cansada de esto, de mentir y de aumentar el miedo.

Adara, ella ya estaba cansada de todo.

Caminaba a paso rápido a la oficina del alfa donde revisaba unos papeles, abrió la puerta y la cerró con fuerza alertando al lobo que tenía su vista pegada en asuntos políticos.

Se acercó a él golpeando el escritorio de madera, fulminando con la mirada.

—¿Qué estás buscando? ¿Quieres que siga sufriendo? ¡¿acaso no estás cansado tú también?! —preguntó Adara

—No agotes mi paciencia anciana, dime a qué vienes ya que tus preguntas no me dicen nada bueno —respondió Duncan haciendo una mala cara

—¿Qué busco? Busco que ella no sufra, esto le afecta Duncan, estas dañando a la manada y a esa humana, ¡nos estas matando! —dijo en voz alta

Duncan golpeó la mesa con fuerza

—¡No estoy matando a nadie! ¡La manada está bajo mi cargo y soy yo el que se hace responsable de que se mantenga! Esa humana tiene todo para sobrevivir, eres tú la que la estas confundiendo, ¿dime que le dices? Si ella tiene esos sueños es por tú influencia —hablaba sin saber, tenía inteligencia pero habla y actúa con estupidez

—¡Son sus raíces, ignorante! —Adara no pensó en sus palabras pero no se arrepentía de llamarlo así —Ella tiene esos recuerdos porque volvió a su verdadero hogar, será humana pero en sus venas corre la sangre de los malditos

Una maldición de sangre y dolor Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz