4. El partido

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Narra Lheyra:

No pude dormir. No cuando los gritos de anoche deambulaban en mi cabeza erizando mi piel. Me sentía alerta y en peligro, y no logre conciliar el sueño en toda la noche intentando saber que sucedió. Por eso es que ahora las ganas que tengo de tener clases son nulas.

Siempre son nulas tus ganas de ir clase.

Buen punto, Conciencia.

Observo la mesa frente a mi. Hace unos minutos llegué al salón y me encuentro totalmente sola. 

No tenías ganas de venir, pero viniste demasiado temprano.

Cosas extrañas que no tienen explicación, sin embargo aquí estoy media hora antes.

Levanto mi vista cuando la puerta es abierta y por ella entra una chica rubia que parece feliz de estar aquí.

Cosas extrañas de la vida; que alguien este contento de venir a esta tortura.

—Hola, hola—Saluda alegremente en mi dirección.

—Hola—Sonrío mientras veo su emoción al danzar mientras avanza.

—¿Eres Lheyra, no? Nadie nos ha presentado soy Lizziana, Lizz para los amigos.

—Un gusto Lizziana.

—Oh, por favor llámame Lizz, seguro podremos ser grandes amigas—La rubia se sienta a mi lado, con una alegría que logra contagiarme.—¿Por qué te mudaste a Lorchpey?

—Mi abuela vivía aquí en su juventud, incluso mi madre creció en Lorchpey por eso creyó que era buena idea mudarnos a su pueblo natal.

—¿En serio?—Cuestiona dudosa y asiento—Perdón por preguntar es solo que no es normal tener nuevos habitantes en Lorchpey. Ya sabes es un pueblo escondido, y nadie quiere venir aún màs con lo de—Se detiene repentinamente cubriendo su boca sin decir nada màs.

—¿Con lo de...—Espero a que continúe lo que estaba diciendo, pero no lo hace.

—Lo siento, olvídalo hable de màs—Se voltea hacia adelante aunque aún no haya nadie màs en la clase, y esquiva mi mirada.

Ahora ya me entro la curiosidad.

—¿Por qué nadie màs quiere venir a Lorchey, Lizz?

—Solo olvídalo, es mejor que no lo sepas—Fuerza una sonrisa antes de cambiar de tema—¿Quieres hacer algo hoy? Tal vez es muy pronto, pero jamás se sabe cuando vamos a morir, y si muero pronto me justaría decir que compartí momentos contigo, pareces una linda chica Lhery.

—Claro ¿Después de clases?

—No, no puedo, hay partido y quiero ir a ver a los chicos.

—¿De  noche?—Propongo pero su rostro pasa de la alegría y al asombro en un tiempo récord.

—¡¿De noche?! ¿Acaso estas bromeando?

Nuestra charla se detiene cuando un grupo de alumnos entra al salón hablando tan alto que parece querer que todos escuchen sus charlas.

La clase empieza cuando a los pocos minutos se presenta el profesor.

Al pasar los minutos por fin el timbre de salida toca, dando finalización a la aburrida charla del profesor.

—¿Vamos a la cafetería?—Lizziana se levanta y la sigo con un asientimiento, comenzando a caminar hacia la cafetería frente al edificio de clases.

Entramos al local haciendo sonar la campana de la puerta, y nos sentamos en la primera mesa libre junto a la ventana.

El mesero se acerca con una sonrisa amable, y ambas pedimos una orden de café simple.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Where stories live. Discover now