9. "Matemosla"

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Maratón 3/3

Narra Lheyra:

-Maldita sea.

El delincuente maldice soltandome sobre la calle, con poca delicadeza.

-¡Auch!-Me quejo cuando caigo bruscamente en la calle.

Pero mi queja no dura mucho cuando exploto en carcajadas, observando el delincuente maldiciendo.

Los otros dos vienen a ver lo sucedido, y tiran sin cuidado alguno al chico que se retuerce de dolor sosteniendo su pie.

-Me vómito encima-El tercero se queja asqueado.

-Fue tu culpa-Decreto, ahora con total seriedad intentando ponerme de pie.

¿Cómo se atreve a culparme? Yo no decidí ser secuestrada por un ladrón sin auto.

Si tuviera auto, le hubieras ensuciado todo el auto.

Pero no a él.

Los ladrones son pobres, Lheyra, no tienen auto.

¿Y tú qué sabes? Conozco a millonarios ladrones.

Se llaman estafadores corruptos.

-Cargala, rápido.-Ordena el primero, con prisa.

-Yo puedo caminar sola.-Determino, intentado levantarme, pero solo logro pararme un segundo antes de caer sobre el rengo-Lo siento amigo-Le doy un beso en la frente como disculpa aunque creo que está inconsciente.

-Vamonos.-Dice uno de los delincuentes.

El vomitado, me levanta cargandome como una princesa.

Qué caballeroso.

Tal vez quiera que está vez no le comités más encima.

-¿Sabes? Cuando tenía catorce, me enamore de un delincuente.-Comienzo a decir, mientras avanzamos.

El me ignora, pero yo rodeo su cuello con mis brazos, y continuo con mi triste historia.

-Hasta que me robó la comida ¿Puedes creerlo? Se robó MI comida. Y lo maté.

-Esta muy borracha.-El segundo delincuente habla, mientras arrastra al pobre chico-Podriamos matarla, a nadie le importará.

Me vista se dirige a ese intento de humano.

-A nadie le importará.-Imito sus palabras, con una voz súper aguda.-Que tus papis no te quieran no significa que los míos tampoco. Si tienes un trauma problema tuyo, baby.

-Has que se calle, o la mataré ahora mismo.-Habla a su cómplice.

-Es decir. No quise decir que mis papis te quieran, evidentemente no te quieren, quiero decir...-Me enredo con mis propias palabras y termino callada.

-Al fin.-Suspira el primer ladrón, que no parecía contento con mi charla.

Todos se detienen, y es cuando me percató que estamos en la entrada del bosque.

Las siluetas vestidas de negro, en la oscuridad del bosque, el otro día....

-¡Yo los conozco!-Exclamo en alto.

Silencio. Las miradas caen sobre mi, y siento al tercer ladrón tensarse conmigo en brazos.

-Matemosla.

-Esta borracha, seguro no sabe lo que dice.-El tercero habla calmado, con esa horrible voz robótica.

Continúan por el bosque, pero no digo nada mientras veo los árboles a nuestro alrededor, y los recuerdos vienen a mi mente a montones.

Sonrío internamente.

Llegamos al centro del bosque, y mi vista se clava en un oscuro cendero dónde los arboles alrededor tienen una marca sobre su corteza.

La luz de la luna ilumina este lugar, dónde los árboles forman un perfecto círculo.

Soy dejada en el suelo, a un lado, mientras que los tres se acercan al chico mientras el retrocede arrastrándose por el suelo con terror.

-Lo que me faltaba precenciar una orgía en medio de un bosque.-Murmuro.

¿Ahora entiendes por qué no debes beber?

No.

Observo todo a mi alrededor, nada ha cambiado.

Escucho como mis secuestradores dicen algunas palabras al chico que no detiene su llanto, mientras intenta escapar en vano. Pero ignoro eso, y me sujeto al árbol a mi espalda logrando ponerme de pie.

La cabeza me duele, pero sé que debo irme, aún no es el momento.

Me aferró al tronco del árbol, aprovechando que están distraídos, y doy un paso atrás. Luego otro, poniendo mi mayor esfuerzo en no tambalearme, y no pisar alguna rama o algo que pueda delatarme.

Veo el cendero a mi espalda, y la oportunidad de huir esta frente a mi.

Me oculto atrás de los árboles cada vez alejándome más de ellos, pero cuando es el momento de correr algo llama mi atención.

El líquido rojo corre por su rostro cuando el filo del cuchillo atraviesa su piel.

La sonrisa de los tres es notoria aún por debajo de la tela negra.

¿Están felices, viendolo sufrir?

Un fuerte grito escapa de la garganta del chico, y siento mi corazón latir rápidamente.

Quiero irme, pero no puedo. El deseo de verlos con armas filosas en sus manos, sonrisas cínicas en sus rostros, y el chico aterrado como una presa acechada por sus cazadores.

No los conozco, y aún así, siento algo, que hace mucho había olvidado, esa sensación apoderándose de mi nuevamente.

Debería irme, pero no puedo. No cuando, veo a la perfección como el cuchillo abre la piel del chico, la sangre resfala por su cuerpo. Y los gritos de dolor son cada vez más fuertes.

Lo rodean como depredadores a la espera de su víctima.

Muerdo mi labio inferior cuando la imagen frente a mi cada vez hace que esa sensación aumente.

Pero cuando más quiero quedarme, ellos notan mi ausencia, voltenadose a mirar dónde me habían dejado.

(....)

Fin del maratón, si les ha gustado no lo olviden dejar su estrellita, y comenten si quieren más maratones 🥰
Nos vemosss!







Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt