Extra 3

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Los campos de batalla humeaban bajo un cielo oscurecido por el humo del fuego y el eco de los gritos desesperados. Gusu con ayuda de algunos miembros de Yunmeng, estaban luchando contra una facción de la secta QiShan Wen, peleando por el control del territorio Jiaofeng. Ambos bandos habían sufrido pérdidas significativas.

Después de una larga batalla, los sobrevivientes se dirigieron al refugio en Yiling, Los Wen de los túmulos funerarios, rápidamente fueron a su ayuda con comida, agua, y la poca medicina que tenían. La tristeza en ellos era notoria, regresaron menos de los que habían ido a la batalla. Lan QiRen, que se estaba recuperando de una herida reciente, se levantó a ver a los llegados, el dolor en su pecho aumentaba al notar la cantidad de cuerpos que traían con dificultad, las telas blancas cubiertas de un rojo oscuro, la mirada perdida de los que llegaban, algunos trataban de ayudar a caminar a los otros, la imagen era desgarradora. 

Una visión que no hizo más que empeorar, cuando los refugiados caminaron desesperados tratando de encontrar a sus familiares, entre ellos una mujer casi cae al suelo con un bebé en brazos, Lan QiRen se acercó para ayudarla, acompañándola hasta uno de los comandantes de Yunmeng que había dirigido a los cultivadores.

La mujer hablaba con voz temblorosa mientras preguntaba por un cultivador, y daba sus descripciones físicas, una vez en los ojos del comandante se reflejó que lo reconoció un pequeño rayo de esperanza lleno el rostro de la mujer, una esperanza que se destruía con cada Paso hasta los cadáveres, al igual que los otros refugiados que buscaban desesperadamente a sus familiares caídos, la mujer tuvo que buscar mientras quitaba el manto de los rostros sin vida en fila.

Lan QiRen, sostuvo al bebé mientras la mujer buscaba, después de quitar otro manto, el último rastro de esperanza desapareció, las lágrimas empezaron a caer por sus ojos mientras negaba una y otra vez, en un susurro, pronto la mujer acarició el rostro de un hombre, rogándole por despertar, sus manos temblaban.

Pronto un grito de dolor escapó de su garganta, ahora sus llantos eran acompañados por los del bebé en brazos. La mujer empezó a reclamar al cuerpo sin vida, maldecía, lloraba, gritaba, con su mano cerrada en un puño golpeó el pecho del hombre.

— Prometiste... Que volverías... Mentiroso... Que no me abandonarías... No es real... Esto es una pesadilla... Por favor... Despierta... Te lo ruego abre los ojos... ¡No me dejes sola!

Lan QiRen logro calmar al bebé en brazos — Estoy seguro de que... Peleó con honor, valentía y coraje... Lamento su pérdida...

La mujer regresó a ver a Lan QiRen con lágrimas en los ojos, a la vez que trataba de controlar su voz cuando noto al bebé que sollozaba.

— Mi niño... ¿Qué voy a hacer?... — Dijo con la mirada perdida.

— Lo mejor será que descanse, él la va a necesitar fuerte y valiente, como su padre — El comandante ayudo a la mujer a levantarse. — Las perdidas que hoy hemos sufrido, no fueron en vano, el valor de nuestros cultivadores nos han regresado un hogar, nos otorgaron un futuro, para los sobrevivientes, y nuestros hijos...

La mujer tomó nuevamente al bebé en brazos, mientras regresaba al interior de la cueva.

Lan QiRen sentía una fuerte presión en su pecho al recordar lo amable y risueña que era aquella mujer cuando llego a ser una discípula, como aquel cultivador que ahora yacía en el suelo sin vida, años atrás, la presento como su compañera de cultivo. Ahora se veía como otra persona totalmente distinta.

Lan QiRen miro al comandante. — ¿Recuperaron la montaña Jiaofeng?

— Aún no es del todo oficial, pero lo más seguro, es que pronto podrán regresar y reconstruir el receso de las nubes... Los cultivadores de Yunmeng y Gusu, que ve ahora, lo están haciendo posible.

Volviendo junto a ti (XiCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora