Capitulo VII- Valeria

3.9K 259 2
                                    

El lunes, al salir de la oficina, veo a mi padre en la sala junto a Christopher e inmediatamente me dirijo hacia ellos para interrogarlos. Aún no puedo creer que sea la prometida del Pakhan. Ellos lo sabían desde el principio y nunca me lo dijeron. No es que me moleste porque podría haber terminado casada con un asqueroso viejo, aunque sé que mi padre no lo hubiera permitido.


-Quiero saber cómo demonios fui la única estúpida que no sabía que desde que nací iba a ser la esposa de Gavrel, ni siquiera él lo sabía. Quiero que me expliquen ¡ahora! -les exijo.



-Printsessa, este acuerdo tiene siglos y siempre se va a cumplir. No tengo poder sobre ello, ni siquiera el propio Pakhan. Cuando supe que serías una niña, fui el hombre más feliz, pero al mismo tiempo la tristeza me invadía porque tomarías mi lugar, el lugar que por ley debería ocupar un hombre y no una princesa -responde mi padre.

-Papá, puedo hacer este trabajo, no te preocupes por mí. Estaré bien.


Christopher se acerca y mueve la cabeza, desaprobando lo que está sucediendo.

-Chris, tú también lo sabías, ¿verdad? Por eso el repentino odio hacia el Pakhan cuando nos pidió que nos reuniéramos -asiento lentamente.

-Lo siento, no era mi elección decírtelo. Todo tiene su tiempo, Valeria, y mi deber era cuidarte, no revelarte por completo lo que te depararía el futuro. Espero que me entiendas -me dice Chris.

-Tengo que irme, quedé de encontrarme con Sara. Chris, cuida a papá, por favor. Y llama a Sergei y Edward, diles que los necesito, ¡ya!

-Como ordenes, jefa -me responde Chris.


No importa lo hecho, está hecho y solo me queda acostumbrarme al hecho de que pronto estaré casada con él.

-Dime que no iremos a otra discoteca tan temprano -me dice Edward.

-Qué gracioso, Ed. No, iré a reunirme con Sara para hablar de un asunto importante, así que no te preocupes, primito -le respondo.

-Aún no puedo creer que seas la única mujer de la familia Stolkou. Eres un jodido dolor de cabeza -me dice Sergei.

-Cállate, imbécil. Me debes respeto, idiota -le digo, enfadada.

Salgo de casa y arranco mi Bugatti, el motor ruge mientras mis guardaespaldas me siguen en un Cadillac, a una distancia segura. En media hora llegaré al bar donde quedé con Sara.


Quince minutos después, veo un auto que sigue la misma dirección que yo. Cambio de ruta para asegurarme de que no estoy imaginando cosas, pero, al girar a la izquierda, el coche también lo hace, y mi teléfono celular comienza a sonar.

-Jefa, nos están siguiendo. Llevan más de quince minutos. Lo notamos cuando salimos de la mansión, pero pensamos que era solo casualidad -me dice Edward.

-Sí, acabo de confirmarlo con el desvío que hice. ¿Pueden ver la placa del coche? -les respondo.

- Sí, jefa. EUR-7215. Están encapuchados y son cinco hombres. Además, hay otro coche detrás de nosotros. Estamos en desventaja, Valeria. Esto se convertirá en una guerra. Debemos encontrar un lugar donde podamos defendernos -me indica Sergei.

-Llamaré a Sara y le pediré que busque información sobre la placa. Tenemos que salir de Holy Family Catholic Academy, o mejor dicho, tenemos que salir de Queens, Sergei. -les respondo.

-Como indiques, Val. Al parecer, son diez personas que nos están siguiendo en dos coches. Aún no han sacado sus armas -responde Edward.

Cuelgo y marco el número de Sara...

-Jefa, ¿qué ocurre? ¿Está todo bien? Llegaré en media hora. Estoy pasando la información a Mateo para... -la interrumpo en el momento en que escucho los disparos.

-¡Maldita sea! Sara, deja eso para después. Estoy siendo atacada. Necesito que sigas la placa de este coche, EUR-7215. Son diez personas, cinco en cada coche. Estoy con Sergei y Edward en este momento. Nos dirigimos fuera de Queens.

-¿Cómo se te ocurre salir con solo dos guardaespaldas, Valeria? Te dije que los albaneses estaban cerca, pero nunca me haces caso. Toma la ruta 495 para llegar directamente a Nueva York. Además, Valeria, el Pakhan dice que cierres y respondas su llamada -me responde Sara.

La situación se vuelve cada vez más tensa, pero trato de manejarla y proteger a mis primos y a mí misma. En el momento en que cuelgo la llamada de Sara para contestar la de Gavrel, las detonaciones rompen el cristal de mi maldito Bugatti.

-Me pones cuatro malditos guardaespaldas para que me cuiden con su vida, pero jodidamente tú solo andas con dos. ¿Quién carajos te crees, una inmortal? Porque definitivamente no lo eres, mujer... -me dice Gavrel.

-Hola, cariño. Yo me encuentro muy bien en estos momentos, en una pequeña batalla, pero bien. ¿Y tú? Gavrel, si no quieres que te ponga una maldita bala en la cabeza, más te vale que te calles.

-Qué graciosa, Valeria. Más vale que cuando llegues a Nueva York no tengas ni un maldito rasguño, porque voy a quemar todo Estados Unidos hasta encontrar a la rata que te quiere muerta. No importa, igual lo haré.

Disparo el cargador completo, matando al copiloto del primer coche. La llamada aún está conectada y solo escucho a Gavrel maldecir y dar órdenes.

-Gavrel, cariño, cálmate, solo quedan siete. Estaré en la 278 en The Richardson en una hora. Pon atención, Gavrel.

-No me digas cariño en estos momentos, joder, Valeria, no. Acabo de enterarme de que vas a ser mi esposa. No puedo perderte, entiéndelo.

-No me vas a perder, Pakhan. Sé que esto es difícil para nosotros y solo llevamos una semana de habernos conocido, pero créeme que soy la mujer más fuerte que puedes conocer. Dame unos minutos.

-Edward, ¿cuántos quedan? -pregunto, con preocupación en mi voz.

-Jefa, hemos perdido al coche que venía detrás de nosotros. Es posible que nos esté esperando una emboscada. Del primer coche quedan dos. Sergei acaba de matar a uno y ha resultado herido, al igual que yo -responde Edward.

-Sergei, Edward, tomen la ruta hacia Long Island City. Ahí los estará esperando Liam Payne. Gavrel me estará esperando en Nueva York.

-Valeria, no podemos hacer eso. Es nuestro deber protegerte. Eres la única mujer de nuestra familia -me dice Edward, preocupado.

-Estoy de acuerdo con eso, Valeria. No puedes ir sola. Necesitas que te protejan. Ya estamos llegando. Val, por favor, aguanta un poco más -responde Gavrel.

-Escuchen, están heridos y no nos quedan muchas balas. La mejor opción es dividirnos. Si es así, haremos lo siguiente: a la derecha, tomen esa ruta, y yo seguiré directo. Los hombres de Gavrel deben estar llegando en una hora. En ese lapso, puedo mantenerme viva. Ellos no los quieren a ustedes, pero sí a mí, y los necesito vivos. Solo queda un coche siguiéndome, con dos personas. Estoy segura de que me seguirán, y es ahí donde Gavrel los estará esperando.

-Gavrel, necesito a dos personas vivas, por favor. Lo demás pueden matarlos. ¿Puedes hacer eso por mí? -le pregunto con urgencia.

-Claro que sí, estamos llegando en una hora, Valeria. Resiste hasta que lleguemos. Sergei, dile a Liam que nos reuniremos en dos horas en el


caserón -me responde Gavrel.

-Como ordené, Pakhan. Y quiero pedirte un favor: cuídala, es nuestro pequeño copo de nieve -le dice Sergei.

-Deja eso en mis manos y asegúrate de que traten sus heridas. Han hecho un gran trabajo.

Las líneas con mis primos se cortan mientras tomo la ruta hacia Nueva York. Ya no los siguen, solo a mí, y han dejado de disparar. Eso significa que me quieren viva. Acelero mi Bugatti y corro a toda velocidad. Quedan diez minutos para el encuentro, y Gavrel aún permanece en línea, dando órdenes.

En la otra línea, papá me llama y me informa que se dirigen hacia Nueva York. Han convocado una reunión con los brigadieres. En ese momento, vuelven a disparar, y es la camioneta que se había desviado. Una bala penetra mi brazo y grito de dolor, mientras escucho maldecir al Pakhan.



Orquídea Roja [ Libro#1 De La Orden]En Físico Where stories live. Discover now