Capítulo XIX- Valeria

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Sé que fue un maldito error habernos reunido en nuestro territorio, pero necesitaba verla y como yo soy su esposa, pensé que no habría ningún inconveniente. Además, manipulé a Sara para que no le dijera nada al Pakhan y ahora, por ese error, incluso nuestros brigadieres están pagando las consecuencias. Hay un hombre muerto en la sala y estoy segura de que el tatuador morirá. Joder, de verdad era bueno, debí buscar a una mujer para que realizara el trabajo.

Gavrel está enojado y ahora tengo un tatuaje sin terminar en el medio de mis senos. Saco a todos del estudio de tatuaje, él se acerca a la puerta y le pone un picaporte. Miro hacia el piso donde está el reguero de sangre y el hombre muerto. Él me agarra de la mano y me arrastra al cuarto de estudio, y también cierra la puerta y le pone un picaporte.

Ninguno de los dos ha dicho lo que sentimos y no sé cuándo lo diremos, pero solo sé que estos últimos días me he sentido rara. Si no lo veo, ya lo estoy extrañando. Prácticamente todo de él me afecta y eso me molesta. Su cercanía me incomoda y me pone totalmente caliente. Es como si estuviéramos conectados y cada vez que nuestros cuerpos chocan, se siente una electricidad en el lugar donde nos encontramos. Él camina hacia mí hasta acortar la distancia que hay entre nosotros.

-        Dime, pequeña orquídea, dime. ¿Quiénes fueron los malditos que te hicieron así? Dime quiénes no te pidieron disculpas, Malysh. Dime quién te convirtió en una orquídea roja.

-       ¿Qué harías si te lo dijera?

-        Oh, Malysh, la pregunta es qué no les haría. Ten presente, Malysh, siempre esto: llama y saldré corriendo, no importa si estoy en una jodida guerra. Correré sin aliento hasta llegar a ti.

-        ¿Por qué?

-        ¿Por qué? Tú tienes poder sobre mí, pequeña. — Me agarra por la cintura y me jala. Ahí, él me besa apasionadamente, para luego cortar el beso y decirme al oído.

-        Quítate la ropa, Malysh, y solo quédate en ropa interior. Tu castigo apenas comienza, pequeña. — Hago lo que me dice a la velocidad de la luz que ni yo misma me lo creo. Empieza a darme besos por todo el cuerpo, luego delicadamente va bajando su mano hacia mis bragas y, jodidamente, se va a dar cuenta de que ya estoy mojada con solo pequeños toques. — Tan mojada siempre, Malysh.

-        No te emociones tanto, Pakhan.

-        Baja lentamente, pequeña, y llévame al jodido cielo solo con tu boca

Tomo su pene en mi boca, en el segundo que lo hago pruebo el fluido salado que se escapa de su punta, es familiar y delicioso para mí, se me hace agua la boca con solo imaginarlo en mi boca, empiezo a chuparle el pene suavemente al principio y su cuerpo empieza contraerse y apenas puedo escuchar pequeños gruñidos es mi primera vez haciendo esto y creo que se ha dado cuenta por la forma en que lo hago lentamente por temor a golpearlo.

-        Malysh no tengas miedo y tomo todo de él sin ninguna preocupación.

Lo miro y me levanta para darle un beso en los labios. Vuelvo a lo que estaba, lo vuelvo a tomar en mi boca, pero esta vez más profundo y chupando salvajemente, con entusiasmo. Le estoy mostrando que puedo con su pene de gran tamaño, le estoy demostrando que lo anhelaba, que lo deseaba tanto como él lo hacía, quizás incluso más.

Creo que estoy amando su maldito pene. Uso mis manos, mis labios, mi lengua, mi garganta, todo prácticamente para tenerlo dentro de mi boca por completo. Me hala de mi cabello, tirando de él. Quiere tomar el control, pero no se lo permito. Estoy tan mojada, mi dignidad siento que la estoy perdiendo, pero me importa un carajo. Lo único que me importa es que se sienta bien para él y lo disfrute tanto como yo.

 Gavrel gime y mete su mano en mi cabello, empujando mi cabeza hacia abajo con más fuerza sobre su pene. Mueve sus caderas, follando la parte de atrás de mi garganta, y tomo su pene más profundo que nunca. Pero antes de que pueda acabar con él, me detiene.

Gavrel me agarra del cabello y me pone de pie. Su polla está sobresaliendo de su cuerpo, jodidamente dura.

-        Malysh, tu boca en mi pene se ve descaradamente delicioso, pero yo controlo bebe. —desliza nuevamente sus dedos por mi ropa interior y esta vez estoy más empapada que hace unos momentos, antes de empezar a mamar su pene.  Me besa mientras masajea mi clítoris estoy a punto de llegar a mi clima y eso que solo ha empezado.  Cuando estoy a punto de venirme, detiene su dedo y me mira.

-        Gavrel, no te atrevas.

-        Dime a quién perteneces pequeña y te daré lo que quieres.

 Me pone nuevamente de rodillas y empuja su pene hasta el fondo de mi garganta y me mantiene en su lugar con el cabello enredado en sus manos, mientras me agarra el rostro para que mi boca lo tome completamente, duro y agresivo. No puedo respirar, pero me importa una mierda.

Cuanto más usa su gran tamaño superior y su fuerza en mí, más me gusta. Me encanta que me tome de esta manera, me encanta no poder hacer nada mientras me coge. Está llegando al borde de nuevo, pero el maldito no explota.

En cambio, me levanta y me coloca sobre el pequeño sillón y me hace chupar su pene un poco más, estoy sentada agarrando su cintura, su v me fascina, él sigue empuja dentro y fuera de mi boca, nunca antes había dado un oral, me duele la mandíbula y cuando más empuja me da ahorcajadas y se me salen las lágrimas, pero al mismo tiempo la sensación de la gruesa cabeza de su pene golpeando contra la parte posterior de mi garganta es extrañamente satisfactoria lo escucho quejarse y decir mi nombre hasta que siento que se tensa y empieza bombear su líquido caliente.

-        Traga Valeria y todo.

 Gavrel se agacha y vuelve a tocarme, frota mi clítoris y empuja sus dedos dentro de mí, yo aprieto contra su mano, mi vagina está hinchada y adolorida por más, Mi corazón late con fuerza como un mazo.

-        Estuviste genial Malysh —me dice Gavrel mientras me acerca para besarme bruscamente, probándose en mis labios. —Jodidamente perfecto.

Orquídea Roja [ Libro#1 De La Orden]En Físico Where stories live. Discover now