Capitulo XXII -Valeria

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Solo pude escuchar las malditas palabras: "El Pakhan de la mafia rusa ha sido herido". Gritos y disparos de todos lados, y me lamenté por no decirle lo mucho que lo quiero, que me gusta y que será papá. No sé cuándo pasó, pero era de esperarse. Sabía que estaba rara, que algo en mí no estaba bien, pero no sabría cómo decírselo. Me di cuenta de mi error, de que debí decírselo en el momento en que salió por esa puerta. Debí decírselo para que tuviera un motivo por el cual regresar, y me estoy arrepintiendo.

Llamo a Pavel para saber dónde lo van a llevar porque necesito estar ahí con él. Me la pasé llorando en todo el trayecto de la misión y entiendo que tienen que ser las hormonas del embarazo. Milagro tuvo que darme un té de manzanilla para calmarme, porque estaba entrando en una maldita crisis cuando supe que le habían disparado a quemarropa.

—Pavel, ¿dónde lo llevarán? ¿Cómo está él?

—Jefa, nosotros lo sentimos. Debimos protegerlo con nuestras vidas.

—No les pregunté cómo se siente y que hayan fallado. Dime a dónde carajo llevan a mi marido.

—Lo estamos trasladando al hospital Ito en Nueva Jersey. Tienes mi permiso para estar en mi territorio - dice Kairo.

—De igual manera no iba a pedir tu permiso, Kairo. Estaré ahí en 30 minutos.

—Vámonos y manténganse alerta. Andréi, que preparen el jet. Necesito estar en Nueva Jersey en treinta minutos.

Me subo a la camioneta. Milagro sube junto a mí, mientras Sergei y Edward ya están en la camioneta esperándonos. Toma casi 15 minutos llegar al lugar donde está el jet. Doy las instrucciones de dónde tiene que aterrizar. Aún no me han llamado para decirme cómo está Gavrel. Sigo preocupada. No me han querido decir su estado y no sé por qué, pero presiento que es algo muy malo.

—Jefa, ya llegamos. El jet está listo para llevarnos a Nueva Jersey - dice Andréi mientras me abre la puerta para que pueda salir.

—Aún no me han dicho el estado de Gavrel. Aparte de eso, necesito que le digan a Alexis y a Margaret. Necesitan saber que su único hijo se encuentra en el hospital.

—Aún no tenemos respuesta, jefa. Silvia ya localizó a los señores Sokolov. Estarán allí en una hora - me dice Andréi.

En treinta minutos estamos en el hospital. El olor antiséptico del hospital nunca me ha gustado. Huele así por tantos productos para limpiarlo. Pero el olor que más resalta es el olor a muerte. Nunca me han gustado los hospitales, siempre los he odiado. Subo en el ascensor al quinto piso donde se encuentra mi esposo. Aún no me dan noticias de él, pero sé que nada bueno me espera. Al llegar, veo a los cinco jefes de las mafias del mundo y a los guardaespaldas de Gavrel.

—Mierda, solo tienen un maldito propósito en la vida. Para eso son entrenados desde que tienen quince años, para proteger la vida del Pakhan. Pero ya veo que ni eso pueden hacer.

—Sra. Sokolov, nosotros de verdad...

—Nosotros, nada, Dimitri. Retírense, pero antes al menos díganme qué tiene el traidor, porque eso fue a quemarropa.

—Sí, fue traición. Murió en el momento en que el Sr. Alessandro lo mató.

—Ok. Buenas, caballeros. ¿Dónde se encuentra mi esposo? Quiero saber los detalles, Kairo - le digo mientras me mantengo lo más serena posible, aunque mis ojos hinchados digan lo contrario.

—Lo tuvimos que inducir a un coma, ya que se sometió a varias cirugías. Por suerte, las balas no afectaron sus nervios de la mano y del muslo derecho ni sus órganos. Extraímos en total cinco balas - dice Kairo.

Orquídea Roja [ Libro#1 De La Orden]En Físico Where stories live. Discover now